Los misterios de la existencia | Bilis negra

“El mal de los intelectuales”

Alejandro Bravo Pérez*
Hace poco tuve la gran oportunidad de participar en el Tercer Congreso Mundial de Terapia Existencial, mismo que se realizó en la ciudad mítica de Atenas. Pero una parada antes de llegar a mi destino, fue en Francia y en esta ciudad, mientras yo esperaba para abordar el avión, miraba el atardecer.
Recuerdo que era uno muy hermoso, el sol brillaba como si fueran destellos de oro y de pronto, una enorme nube cubrió el cielo, dejando caer una lluvia muy cálida, -me gusta cuando llueve- yo cerré los ojos, y escuché el agua descender, creo que no hay sonido más relajante que ese, de pronto me traslade a uno de los cerros en los que camino, no sé cómo, pero comencé a percibir el olor de la tierra mojada, de la leña húmeda, la brisa de aire susurrándome al oído.
Fue entonces que recordé, lo muy lejos que estaba de mi casa, y fue en aquel momento, que un nudo se atravesó en mi garganta, mi cara se tensaba mientras un vacío se manifestaba al mismo tiempo, entre mi pecho y mi estómago, sin darme cuenta, ya no eran las gotas de lluvia las que decencia del cielo, lo eran también mis lágrimas.
- ¿Qué es lo que me ocurre? - Me lo pregunté - ¿qué es esta melancolía? - me volví a cuestionar.
La melancolía puede ser descrita como una tristeza que aparece de la nada, que se cree no puede tener un origen, que es una sensación, que solo se siente, pero que no se conoce el significado. En palabras de Hermsen Joke: “Se trata más bien de un estado de ánimo de pesadumbre o desazón absoluto que nos sorprende como niebla repentina, que lo tiñe todo gris y nos impide ver con claridad”. La melancolía, la experimentamos todos y todas, a menor o mayor grado, es un sentimiento humano que acompaña al hombre y a la mujer durante su historia de vida.
A la melancolía se le ha tratado de poner muchos nombres, “me siento cansado”, “se me bajo la pila”, “me dio la depre” “creo estoy en mis días” y muchos más sinónimos populares.
Pero fue Hipócrates el primero en intentarlo nombrar, la llamó Bilis Negra, la describió como un estado de humor, que causaba estados anímicos sombríos en la persona.
-ESTADOS ANÍMICOS SOMBRÍOS, que desconsolado se escucha todo eso-
Ya en la carrera de psicología, nos explicaron que hoy en día, la Melancolía, recibe el nombre clínico de “Depresión”. Tristeza profunda, abatimiento-fatalismo, deseo insatisfecho y aburrimiento visceral, son los síntomas que lo acompañan. Pero la melancolía no puede quedarse reducida a una experiencia, síntoma o diagnóstico, porque cada persona la experimenta de diferente manera.
En la Melancolía se entrelazan diferentes circunstancias, un espacio, un tiempo, un aspecto social. La Melancolía, tiene que ver con el tiempo vivido, que nos hace de vez en cuando querer mirar a los que atrás se han ido quedando, a lo que alguna vez tuvimos y no podremos volver a poseer.
¿alguna vez la has experimentado? Si es así, podríamos coincidir en que la Melancolía aparece de la nada, lo hace de manera tranquila y serena, aunque nos hace sentirnos con muchos sentimientos encontrados.
Pero bueno ¿Cuáles son esos sentimientos tuyos?
Mi nombre es Alex Bravo y cuento con la formación como Terapeuta Existencial y solo quiero externarte, que si en un momento, sientes que algo no va bien y que frente a lo que sea que estés sintiendo, no estás sola, no estás solo. Ya sea a distancia o de manera presencial, estoy con la mejor disposición de escucharte.
Hasta la próxima.

 
Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com

*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.