La juventud de la transformación | Cómo manejamos el dolor y la prevención del suicidio
“No estás sola. No estás solo”
Regina Lorena Hernández*
El dolor es algo inevitable que llega a nuestra vida para enseñarnos algo diferente, algo que desborda los sentimientos o, en muchos casos, destruye nuestro instinto de supervivencia. En algunas ocasiones, nos abre de par en par para que demos un salto interno y nos conozcamos de una manera más profunda, permitiéndonos sanar desde la conciencia. Eso sería lo ideal, pero lamentablemente no siempre es así. Hoy en día, más jóvenes de entre 18 y 29 años padecen de depresión y ansiedad, y son más propensos al suicidio.
Este mes es importante crear conciencia sobre esta situación porque es algo que debemos visibilizar. Hoy más que nunca, nuestros jóvenes sufren, y sufren mucho. Entender qué es la depresión y la ansiedad, así como la manera en que nos afecta como sociedad, es un paso clave para seguir evolucionando como humanidad. Por eso quiero reconocer no solo a los jóvenes, sino también a todas las personas que, a pesar de pasar por estas enfermedades e incluso estar medicadas, siguen adelante y no se dan por vencidas ante tales circunstancias.
El suicidio puede parecer una solución rápida y efectiva ante los problemas de la vida, pero es una solución permanente, y en la vida no hay nada que podamos controlar más que nuestra reacción a lo que nos sucede. De eso se trata la vida: de fallar y volver a levantarnos, una y otra vez. La vida es un juego y hay que aprender a jugarlo. Existen muchos mecanismos que se pueden utilizar como apoyo en los momentos difíciles, y concientizar sobre ellos y darlos a conocer sería una excelente estrategia para enfrentar estas situaciones.
Cuando algo duela, háblalo, no lo calles. Exprésalo a través de la danza, la pintura, el arte, la poesía, el ejercicio; grítalo si es necesario, pero no lo guardes en tu interior. Sácalo de todas las maneras que consideres necesarias. Busca ayuda profesional, crea un círculo de apoyo, utiliza el internet a tu favor para encontrar recursos que te motiven a seguir adelante. Pero nunca te rindas. Siempre hay otro día, otro trabajo, otro amor, otra amistad, incluso otra familia.
Realmente nunca estamos solos, y la vida está llena de milagros y posibilidades. Hoy, en México, las estadísticas de mortalidad reportan que, para 2020, del total de fallecimientos en el país (1,069,301), 7,818 fueron por lesiones autoinfligidas, lo que representa el 0.7% de las muertes y una tasa de suicidio de 6.2 por cada 100,000 habitantes, superior a la registrada en 2019, que fue de 5.6. Por sexo, de los decesos por esta causa, destaca que los hombres tienen una tasa de 10.4 fallecimientos por cada 100,000 (6,383), mientras que en las mujeres es de 2.2 por cada 100,000 (1,427).
No estás sola. No estás solo.
*Abogada zacatecana por la UAZ y activista de las causas justas, apasionada de la política y en la lucha por construir un México con prosperidad compartida, fiel creyente de que es tiempo de las mujeres