La Familia | Sin violencia por favor
“¿Qué puedes hacer para promover la paz mundial? Ve a casa y ama a tu familia”
Susana Sánchez*
A propósito de los hechos recientes en nuestro país y en el mundo entero, les quiero compartir una reflexión acerca de la violencia que estamos viviendo cada vez con más frecuencia. Existe un estudio realizado por el Colegio de la Frontera Norte, donde se revisan los movimientos sociales que inciden en las dinámicas familiares, sobre los inicios de la violencia en nuestro país y cómo es que ésta se empieza a permear en el núcleo del hogar.
El documento analiza las transformaciones en las dinámicas familiares y las relaciones de género, así como los factores que propician las prácticas de violencia y las que la contienen. Para su estudio se basó en los resultados de encuestas y consensos, utilizando la definición de hogar como el “conjunto de individuos, unidos o no de manera consanguínea, que comparten un rasgo común y una organización con rasgos de conflicto y solidaridad”.
Algunas de las causas que menciona el estudio en cuestión son la demanda insatisfecha de servicios básicos, los nichos de pobreza y distancia social, el fenómeno de familias reconstituidas y los hogares ampliados, entre otras muchas.
A partir de la migración, el porcentaje de familias separadas donde el padre busca mejores oportunidades y la madre se convierte en la jefa de familia, nace el fenómeno de ausencia de redes familiares para el cuidado de los hijos, lo que propicia el abandono de los mismos y su exposición a riesgos mayores a falta de figuras paternas y maternas en el hogar.
Además, en el estudio se menciona también que el incremento de necesidades financieras vuelve a los hogares vulnerables por contingencias económicas, provocando mayor exposición al riesgo de violencia intrafamiliar.
Otro factor que deriva en violencia es la falta de empleo y oportunidades que provoca situaciones de estrés y frustración. Mientras que la rigidez de los horarios de trabajo también incide en la convivencia familiar y, con ello, se debilita la transmisión de valores, normas y creencias.
Estos y otros muchos factores dan como resultado el hecho de criar hijos sin una directriz clara sobre lo que está bien y está mal, la falta de una figura de autoridad que les indique lo correcto y una nula comprensión de las reglas y de la autoridad, la falta de valores y virtudes son el origen de toda violencia, y, como lo indica el estudio, todo se origina en el seno familiar, o más precisamente en la falta de él.
Es aquí donde reitero mi posición de que la familia es la solución a todos los males que como sociedad nos aquejan en materia de violencia, ya que una familia consolidada, con valores firmes, donde se trasmite y se hace vida lo que nos mejora como personas, está lejos de generar violencia dentro y fuera del hogar.
El papel que los padres desempeñamos en este tenor es absolutamente esencial, no podemos darnos el lujo de que alguien más eduque a nuestros hijos por alegar falta de tiempo, ignorancia, desidia o poniendo de pretexto la modernidad, los medios de comunicación, las redes o nuestros problemas personales.
En la medida en que los papás espabilemos y nos comprometamos en ser mejores personas y hacer mejores personas es en la medida en que lograremos erradicar los problemas de violencia que se generan en este mundo ya de por si violentado y lastimado. El trabajo puede ser extenuante y con resultados a muy largo plazo, pero efectivos sin duda alguna.
Seamos padres y madres valientes, dispuestos a desgastar nuestras vidas en dejarle al mundo hijos buenos, congruentes y felices, dispuestos a mejorar su entorno, empezando, desde luego, por su propia familia.
La familia no es lo más importante, la familia lo es todo.
*Maestra en Educación Familiar
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.