La Familia | Batallas compartidas

La Familia | Batallas compartidas

“En la unidad familiar encontramos la fuerza para superar los obstáculos más grandes. Juntos, todo es posible”

Susana Sánchez*

Dentro de la dinámica familiar habrá ocasiones en que más que en una casa, pareciera que viviéramos en un campo de batalla donde se libran verdaderas “batallas familiares”.

A veces uno no sabe cómo abordar asuntos que pueden desatar conflictos dentro de las cuatro paredes de cada hogar, son verdaderas luchas que se conocen solo por los miembros de cada familia y que nadie nos ha enseñado a librarlas, tal vez la única manera de reaccionar al respecto es lo que cada uno pudo observar en nuestra propia casa y no siempre podemos resolver con esa información.

Las batallas pueden darse dentro de casa y en la relación conyugal por problemas simples o complejos desde cómo organizar la casa hasta heridas del pasado, expectativas de vida o sensibilidades propias del carácter de cada uno. También pueden surgir tensiones con los hijos derivadas del estilo en la educación, del cansancio, de la relación entre hermanos y problemas propios de la edad.

Los problemas del exterior también afectan la armonía del hogar; lo que nos llega de fuera muchas veces es muy difícil de superar, situaciones como la economía, el desempleo, las malas influencias, la familia extendida, la enfermedad o la muerte de algún familiar...

Algunas ideas madre sobre cómo superar estas batallas al interior pueden ser: poner en contexto el problema que ha surgido, reflexionar sobre la mejor manera de resolverlo, tener una comunicación eficaz y efectiva, ser muy humildes a la hora de reconocer los propios errores, cediendo en cosas que no tengan mayor trascendencia,  modulando nuestra reacción y controlando nuestro temperamento, perdonando siempre y con mucho amor, todo en aras de buscar una solución inteligente que convenga a todos y no solo a uno.

Y, ¿con las batallas que nos llegan del exterior, aquellas que no buscamos y nos caen como balde de agua fría? Ahí tendremos que hacer un frente común y luchar todos juntos por vencer al enemigo, la familia es el ejército por excelencia con el que contamos para ganar. Es por eso que debemos cuidarla siempre para que, en los malos tiempos tengamos una verdadera fortaleza bien abastecida de amor y valores; como ciudad amurallada con cimientos fuertes donde nada ni nadie puedan derrumbarla.

Las personas de la antigua Galicia (Turquía moderna) vivían en una llanura que era prácticamente indefendible, pero lograron sobrevivir allí durante casi 600 años. ¿Cómo lo hicieron? Bueno, cuando un enemigo atacaba, llevaban a toda su familia con ellos para ver la batalla. Las esposas y los niños estarían a unos cientos de metros detrás de los soldados gálatas para recordarles a los hombres que, si perdían, su enemigo sería el dueño de sus familias. ¡Verdaderas batallas compartidas!

Lo que nos debe quedar muy claro es que nunca debemos darnos por vencidos en cada una de las batallas que la vida nos presente, ya sean grandes o chiquitas, al interior o al exterior, debemos lucharlas y vencerlas con valentía porque de esa lucha depende nada más y nada menos que nuestra familia.


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