La Familia | Hermosas vacaciones
“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”
Susana Sánchez*
Estamos en pleno periodo vacacional de verano y todos ansiamos esos momentos de ocio y diversión que nos ayudan a cargar pilas para la vida cotidiana. Las vacaciones son uno de los períodos de los que más disfrutamos a lo largo del año y que mayor riqueza personal nos aportan, ya sea tanto a nivel espiritual como emocional.
En ellas podemos explayarnos en la realización de actividades que en el resto del calendario ya sea por tema familiar o laboral no podemos llevar a cabo, algunas tales como: viajar, dedicarle tiempo a nuestra pareja, hijos o amigos, hacer deporte, etc.
Es importante tomar en cuenta que todos necesitamos tomar vacaciones y que casi todos lo procuramos hacer en familia, pero independientemente de si salimos a algún lado o si nos quedamos en nuestro lugar de origen es un tiempo para aprovechar a hacer las cosas que la rutina nos impide, entre ellas, acrecentar y mejorar nuestras relaciones familiares.
Hay que entender que las vacaciones son una recompensa por el esfuerzo diario de toda la familia, pero de toda; no solo los niños tienen derecho a descansar, los papás también necesitamos un respiro, es así que debemos procurar realizar actividades que todos disfrutemos por igual sin que la vacación se convierta en una pesadilla para los papás o para los hijos.
Ahora bien, si ansiamos las vacaciones como único mecanismo de escape y relajación ante la rutina, nunca tendremos días libres suficientes, podremos estresarnos por disfrutarlas al máximo y perderemos el objetivo principal, que es, relajarnos haciendo cosas diferentes.
Lo ideal es que las vacaciones no nos agobien, que no nos cansen más ni que nos impliquen un gasto tal que terminemos con deudas o teniendo que trabajar más de lo normal, porque esto revierte el resultado de lo que queremos alcanzar: el descanso.
También hay que considerar que las vacaciones deberían ser más bien un momento de ruptura, un momento de hacer cosas que normalmente no hacemos, esto es, buscar actividades diferentes, cambiar de espacio físico y planear según nuestros gustos y presupuesto. Lo mejor es alejarse de lo cotidiano para poder disfrutar y relajarse. Esto, claro sin el cumplimiento extremo de una agenda tal que nos agote y busquemos el regreso y la suspensión de los días libres.
Lo que no es recomendable es utilizar el tiempo libre para aislarnos o alejarnos de los que queremos, ya que esto, además de crearnos estrés y de impedir el crecimiento familiar, nos hace personas solitarias y egoístas: más bien hay que entender las vacaciones como un momento para entenderme a mí y entender a los demás en un entorno diferente al acostumbrado.
En conclusión, las vacaciones siempre son buenas para todos, cuando se puedan y como sean ya que el descanso favorece la concentración, la memoria, la motivación y la relajación. Hay que alejarnos del estrés de las vacaciones ya que si nos estresan o nos cansan más de lo que nos ayudan, entonces no es por ahí.
Entender estos días como una valiosa oportunidad para descansar, para crecer, para hacer algo que normalmente no tenemos tiempo de hacer, algo diferente, algo que nos haga mejores personas, mejores padres, mejores hijos, mejores hermanos, sin desperdiciar el tiempo, muy motivados y haciendo las vacaciones de los demás una delicia que les permita disfrutar la vida.
*Maestra en Educación Familiar
**Las opiniones plasmadas son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.