La familia | Formando nuevas familias

La familia | Formando nuevas familias

“Una nueva familia es una celebración de amor, una posibilidad de crecimiento personal, una apertura a la vida…”

Susana Sánchez*

En la actualidad, las diversas maneras de formar a una familia dan paso a otras posibilidades de organización familiar donde la estructura en si refleja la realidad de la familia y de la sociedad.

Cuando llega el momento de incluir a la familia a nuevos miembros, ya sea por el matrimonio de los hijos, por la llegada de otros hijos o nietos o parientes, la familia se enriquece y da paso a nuevas dinámicas a las que tenemos que estar muy abiertos, preparados y sobre todo siendo muy acogedores, de modo que demos paso a la empatía, a la generosidad y a un corazón dispuesto a dar amor a todo el que llegue a nuestra familia.

De este modo, la reingeniería familiar es un paso que nos debe alegrar siempre, reconociendo el valor tan grande y la alegría inmensa de que de nuestra familia se vaya formando otra con sus propias características, con su propia escala de valores y su específico modo de ser, tomando de sus familias de origen sus profundas raíces, sus costumbres y sus tradiciones para que la nueva familia las adapte a sus propias necesidades.

La formación de una nueva familia tiene un impacto significativo en el bienestar emocional y psicológico de cada uno de sus miembros, sus vínculos les permiten generar un sentido de pertenencia y conexión profunda entre ellos.

Si hablamos de emociones, la formación de una nueva familia genera en todos los involucrados un profundo orgullo al ver que los hijos dan un paso tan importante como el matrimonio, signo de crecimiento, madurez, compromiso y responsabilidad.

A su vez, una nueva familia genera una profunda alegría, los hijos se preparan para formar su propia familia y esto significa que los padres nos alegramos por el crecimiento y realización que esto significa, es una paz enorme el saber que nuestros hijos no caminaran solos de ahora en adelante y que eligen hacer su propio equipo para realizarse personalmente, familiarmente y para ser felices y hacer felices a todos los que lleguen a su nueva familia.

También implica la aceptación de nuevos roles como ser suegros o abuelos, lo cual incluye aprender a querer y apoyar desde un nuevo lugar a los hijos, con mucha prudencia, con mucho amor, con mucho respeto y con mucha apertura hacia las diferentes dinámicas que se nos presentan.

Por último, muchos padres sentimos la profunda esperanza por el futuro de nuestros hijos, ya que la formación de su nueva familia representa una nueva etapa llena de posibilidades, alegrías, retos y vivencias que solo los nuevos esposos experimentaran, y, en donde los padres estaremos ahí para apoyar, alegrarnos, compartir y disfrutar su propia felicidad y éxito.

Es un momento de hermosa transición que da paso a la posibilidad de fortalecer los lazos familiares y abrir las oportunidades para el crecimiento familiar, para expandir nuestro amor a más personas y para conectar todos en un amor maduro lleno de paz y de profunda alegría.

Una nueva familia es una celebración de amor, una posibilidad de crecimiento personal, una apertura a la vida, una opción de compromiso sereno y feliz que da paso a una vida llena de risas, aventuras, crecimiento mutuo y comprensión.

Una nueva familia no implica que, como decíamos antes, los hijos sean harina de otro costal, por el contrario, los hijos y sus familias siempre formarán parte de la nuestra.

P.D. hijita mía, deseo para ti lo mejor en esta etapa, que tu corazón siempre esté lleno del amor de Dios, del amor de tus papás y del amor de tu esposo; tu felicidad es la nuestra. Te amamos profundamente.

 

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