La familia | Fomentar la creatividad
“La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”
Susana Sánchez*
Empieza para muchos el periodo vacacional, época donde todos podemos aprovechar de manera diferente el tiempo disponible y donde nuestro ritmo en las actividades toma otras características y nos permite dimensionar las actividades de manera diferente.
Una de las acciones que los padres debemos fomentar en los hijos es el aumento de la creatividad, siendo las vacaciones el momento más oportuno y propicio para dar a conocer nuevas formas de hacer las cosas, disfrutar lo que hacemos y darle otro sentido a nuestra convivencia.
La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas que resuelvan algún problema o ayuden a una situación específica, es también la aptitud para hacer las cosas de un modo diferente que nos permitan llegar a un resultado óptimo respecto de una situación. Es también el talento de crear algo nuevo y original.
El pensamiento creativo, reflexivo y propositivo es un gran regalo que les podemos dar a nuestros hijos, les da la habilidad para descubrir conocimientos e ideas nuevas, les inculca seguridad, inteligencia, confianza y les hace capaces de resolver cualquier reto que se les presente en la vida. La divisa más valiosa que les podemos dar no es el dinero sino las ideas y la capacidad de construir ellos mismos su propia vida de manera funcional.
Una de las ventajas de fomentar la creatividad es que se obtiene un aprendizaje significativo y de apertura, lo cual hace que desarrollen habilidades personales que les permitan fluir, ser más libres, abiertos y críticos.
Para poder desarrollar la creatividad es necesario un ambiente de libertad controlada donde ellos puedan expresar sus ideas y conceptos, de manera que los padres seamos unos guías en el desarrollo de su pensamiento y que les enseñemos a pensar, a aprender o incluso a desaprender. No olvidemos que la persona es un ser en constante construcción y parte del éxito en el desarrollo personal está en poder reinventarnos para mejorar, corregir o sacar de nuestras vidas lo que se necesite.
El impulso que les demos a los nuestros para descubrir su potencial creativo no tiene límites, más que los que nosotros les pongamos, nos podríamos sorprender de la capacidad que tienen los hijos para resolver de manera diferente muchos de los retos que nos presenta la vida.
Los padres deberemos también aprender y desaprender muchas de las ideas preconcebidas que tenemos a la hora de educar, ya que muchas veces venimos arrastrando tabúes, paradigmas y modos de hacer las cosas que no necesariamente tienen que ser como nosotros mismos las aprendimos.
Sin creatividad no hay innovación, sin creatividad no hay avances ni tampoco libertad para hacer las cosas de manera diferente y a veces hasta mejor. Quedarnos en nuestra zona de confort no abona en nada a la formación en la familia, al contrario, la entorpece, la frena o incluso puede hasta retrasarla.
Según un estudio de la consultora Ernst & Young, señala que la creatividad será la habilidad más solicitada en el mercado laboral en los últimos años; y también indica que el 78% de las familias que fomentan en sus casas el pensamiento creativo pueden aumentar la productividad, la motivación, la innovación y la felicidad.
Demos pasos seguros, sin miedo a ser creativos, padres e hijos, lo cual nos abre un mundo de oportunidades, pero además nos permitirá gozar de la vida con más libertad, con más confianza y sobre todo con más felicidad.