La familia | Expresar el amor

“Me sostengo con el amor de mi familia”.

Susana Sánchez*

Dentro de la dinámica familiar, muchas relaciones se pueden deteriorar porque alguien no se siente querido, puede entrar la frustración y el desánimo. La falta de expresión del amor da pie a malos entendidos, falta de comunicación y separa a quienes, por naturaleza, deben permanecer unidos.

En el fondo, el problema no radica en la falta de amor, sino en las distintas maneras de expresarlo, lo que sucede es que cuando el amor no se expresa se genera un desencuentro en las relaciones afectivas. El autor estadounidense Gary Chapman, quien escribió “Los cinco lenguajes del amor”, sostiene que cada persona tiene un depósito de amor, el cual debe sentir que está lleno para percibir que su relación va bien para sentirse querido. Esto aplica en las relaciones de pareja, de familia, de amigos y de cualquier relación interpersonal.

La manera de demostrar el amor, para que sea efectiva y el receptor la acoja de manera adecuada, dependerá más de su percepción que de la forma en que nosotros la demos, de otro modo serán inútiles los esfuerzos que hagamos en decirle a alguien que lo queremos. Esto es, debemos saber cómo es que los nuestros reciben las demostraciones de amor para poder hacer que se sientan queridos.

El amor tiene muchas maneras de expresarse: mediante la relación, el contacto, la comunicación, los detalles, la intimidad y muchas más.

No obstante, podemos pensar que el hecho de trabajar por los nuestros, de hacer lo que nos toca en casa, de tenerles listo lo que necesitan o de resolverles problemas es suficiente. Muchos padres asumimos que estar haciendo lo que nos toca es más que suficiente para que nuestros hijos sepan que los queremos y no se los decimos.

El afecto se siente, pero también tenemos que expresarlo y demostrarlo, a través de las palabras podemos expresar y transmitir sentimientos; dejando a un lado lo material, es lograr que lo que sucede dentro de una familia funciona para todos y no solo para algunos, es decir, que cada uno de sus integrantes se sientan amados, valorados, reconocidos y apreciados por los demás.

A muchos nos enseñaron que las expresiones de amor pueden resultar inútiles, innecesarias, cursis o denotan debilidad, nada más falso, todos necesitamos afirmaciones de amor para poder crecer en autoestima, en seguridad e incluso en espiritualidad.

Hay que promover entre los nuestros la capacidad de demostrar el amor a los demás de la manera en que mejor se sientan los otros, no yo. Esta capacidad se va cultivando dentro de un núcleo familiar sano, donde no se limiten los actos de amor, donde se expresen de manera adecuada sin caer en la cursilería, sin denostar ninguna demostración con burlas, sarcasmo, minimizando el esfuerzo o siendo secos.

Fomentar los lazos familiares puede representar un esfuerzo para muchos, pero la implementación de pequeños detalles que hagan sentir a todos el amor, la ternura y la veneración que les tenemos es una de las mejores inversiones que podemos hacer para acrecentar nuestro amor, para hacer de los nuestros personas integrales, emocionalmente seguras y felices, que no vayan por la vida arrastrando carencias, heridas emocionales, inseguridades y traumas.

Al final, el amor es el sentimiento supremo que una persona puede experimentar hacia otra, generando afinidad, respeto, conexión, libertad, unión, donación y admiración. Si todo eso que sentimos por los demás no se los decimos, aunque pensemos que lo demostramos con nuestros actos y esto es suficiente, muy seguramente nos quedaremos cortos y nos perderemos de la maravillosa sensación que es dar y recibir amor, sentirlo y saberse amado por los nuestros.

*Maestra en Educación Familiar

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.