La Familia | Expresando emociones en familia

La Familia | Expresando emociones en familia

“La educación emocional es la habilidad de escuchar casi cualquier cosa sin perder los estribos y tu autoestima”

 

Susana Sánchez*

En otras ocasiones hemos mencionado la importancia que tienen las emociones y la gestión de las mismas en el desarrollo de la personalidad de los seres humanos, cada vez más nos encontramos con estudios que aseguran que el correcto y adecuado manejo emocional nos conduce a una vida más plena y más consciente de lo que sentimos.

Las emociones existen y están presentes en la vida de todos, son reacciones psicofisiológicas que representan las formas en que reaccionamos ante ciertos estímulos. Es la manera natural en la que los seres humanos reaccionamos ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Todos tenemos emociones y lo importante es no reprimirlas sino reconocerlas, aceptarlas y direccionarlas positivamente para poder gestionarlas.

Hay emociones más y menos intensas, unas pasan y otras se quedan convirtiéndose en estado de ánimo y hay tantas maneras de sentir emociones como seres humanos hay en el mundo. Las emociones no son ni buenas ni malas, son eso, solo emociones.

Ahora bien, el cómo integramos esas emociones es lo que las convierte en buenas o malas, ya que son como una brújula que nos hace movernos en cierta dirección, de ahí la importancia de poder dirigirlas positivamente y sacar lo mejor de ellas sin dejarnos llevar solo por la emoción y sin involucrar la inteligencia, la voluntad y la libertad que todas las personas poseemos.

Hay muchas maneras de sentir y expresar lo que nos pasa, una de las mejores es compartiéndolas con quien más nos quiere y aquí es donde el papel de la familia es fundamental, ya que es en el núcleo familiar donde mejor podemos hacerlo.

El hogar es el refugio seguro donde mejor podemos decir lo que sentimos sin sentirnos avergonzados por ello, son las personas que mejor nos pueden entender las que están en casa y además las que más nos quieren, por eso, debemos aprender a no juzgar, a no hacer juicios ni a reprimir las emociones sino a enseñar a sentirlas, identificarlas, darles razón, propósito y redireccionarlas.

En la familia encontramos siempre a quien nos quiere, nos escucha y está disponible para nosotros, es entonces, en familia cuando vamos a poder aprender a gestionar de manera correcta todo lo que sentimos con entera libertad, con seguridad y con asertividad, ya que los consejos que se dan en familia son casi siempre basados en el amor que sentimos todos a todos.

Además, hablar sobre emociones con nuestra familia nos ayuda a enfocar de manera correcta lo que sentimos y a poder resolver conflictos en equipo, a encontrar soluciones, a calmarnos, a equilibrar nuestras respuestas a las emociones y a adquirir una mayor inteligencia emocional.

La familia es verdadera escuela. Lo ideal, es que en ella se aprenda a expresar cariño, afecto, miedo, alegría, tristeza y todas las emociones. Y es este círculo social, en especial los padres, los encargados de guiar las emociones de sus hijos, para que estas tomen el mejor rumbo.


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