La familia | El amor no basta

La familia | El amor no basta

“Es verdad que la sangre une, pero también surgen en la familia discusiones, desencuentros, incomprensiones, malos entendidos y situaciones que tensan y dañan el interior de un hogar”

 

Susana Sánchez*

Muchos hemos escuchado que para tener un matrimonio feliz y formar una linda familia basta tener mucho amor, sin embargo, la frase de “vivieron felices para siempre” con la que terminan todos los cuentos de hadas dista mucho de la realidad.

Pareciera que, si todos en la familia nos queremos, eso debería ser suficiente para vivir en armonía todo el tiempo, pero lo cierto es que el amor, aunque es un primer paso necesario e indispensable no es suficiente para conseguir relaciones satisfactorias a largo plazo.

Los lazos familiares son un tanto más complejos, es verdad que la sangre une, pero también surgen en la familia discusiones, desencuentros, incomprensiones, malos entendidos y situaciones que tensan y dañan el interior de un hogar.

Algunos de estos problemas tienen su raíz en el miedo a mirar un poquito más adentro de las relaciones, si nos atrevemos a profundizar en ellas, a descubrir su origen, tal vez podamos resolver los conflictos que en ella surgen y tendremos una sensación de paz, fortaleza y seguridad. Podremos entender qué es lo que está fallando, por qué y tomar las decisiones adecuadas para alcanzar soluciones que a todos nos dejen satisfechos.

Son entonces la reflexión profunda y el diálogo sincero elementos necesarios en las relaciones familiares, buscando siempre el bien mayor y la felicidad de los que más queremos para resolver los conflictos que se nos puedan presentar. También es importante preguntarnos cuales son nuestras expectativas en cuanto a nuestra familia, muchas veces nos podemos encontrar pidiendo demasiado, esperando demasiado y dando poco. Aunque habrá ocasiones en que uno tenga que dar más que otro, debemos tender a una vida equilibrada, en la familia nadie debe ser víctima ni nadie victimario, no siempre tenemos la culpa ni tampoco la razón.

Otro factor importantísimo es la voluntad de “querer querer” a los nuestros, y en esto, creo yo, poco tiene que ver la emotividad, aquí estamos hablando de pura voluntad, de poner todas nuestras fuerzas en ser perceptivos y buscar la armonía, invitar al raciocinio y no solo al sentimiento porque el amor involucra cerebro y corazón. Hay que asumir cada quien en lo personal la responsabilidad de mejorar la relación familiar.

Recordemos que la felicidad no se consigue si se busca en directo, se adquiere en oblicuo, no la vamos a encontrar si la perseguimos a toda costa, es producto de vivir bien, de descubrir nuestra misión en la vida y de elegir correctamente a nuestros compañeros en este camino, la felicidad aparecerá en el proceso de buscar y hacer el bien, con amor, con humildad, con inteligencia, con respeto y con congruencia, con perseverancia y con paz.

 

*Maestra en Educación Familiar

 

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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