La Familia | Contar las bendiciones
“Las bendiciones son un regalo del amor de Dios cuando confiamos en él”
Susana Sánchez*
Cuando uno tiene problemas en la vida, nuestra preocupación nos impide ver más allá de lo que nos está pasando en ese momento y tendemos a reaccionar con pesimismo, viendo solo lo malo de las situaciones y concentrándonos en lo que no tenemos, en lo que sentimos o en lo que puede suceder.
Con las malas circunstancias de la vida tendemos a eliminar la esperanza y solemos adoptar una actitud negativa, bloqueando nuestra capacidad de salir adelante, adoptando la tristeza y regodeándonos en nuestro dolor y nuestra mala suerte.
Ahora que arrancamos el último mes del año y que coincide con la época navideña donde las personas suelen ser más reflexivas, creo que vale la pena hacer el sano ejercicio de contar las bendiciones y enseñar a los nuestros a hacerlo siempre. Esta frase me la dice mi mamá cada vez que pierdo un poco la esperanza y la alegría de vivir y siempre le agradezco que me lo diga, aun cuando a veces no me gusta que me lo recuerde.
Y es que, contar las bendiciones nos trae un sinfín de cosas buenas, nos ayuda a centrarnos en nuestra vida, nos ubica en nuestra realidad y enriquece nuestras circunstancias. Además de que nos genera una nueva visión de nuestro alrededor.
Contar las bendiciones que tenemos en la vida cotidiana nos hace vivir en el principio de realidad, que es aquel en donde nos colocamos cuando sabemos que la vida es imperfecta, que todos somos vulnerables pero que es lo normal, que no podemos vivir en un mundo sin problemas deseando solo lo bueno y lo placentero pero que, en definitiva, tenemos más cosas buenas que malas.
Frecuentemente nos encontramos con una falta de capacidad de satisfacernos con lo cotidiano, con lo normal, con lo de cada día y es ahí donde podemos generar un sentimiento de no tener lo que deseamos, como dicen los jóvenes, de tener FOMO (fear of missing out) miedo de perdernos algo, que es un sentimiento de perdernos un evento excitante que otros están viviendo, especialmente generado por cosas que vemos en las redes sociales.
Al hacer un recuento de las cosas buenas que tenemos cada día, adoptamos una nueva perspectiva de vivir alegres mientras esperamos lo que queremos, nos invade una sensación de paz y de gozo, la esperanza crece y sobre todo nos volvemos más agradecidos y empáticos con los demás.
En algunos momentos nos costará más trabajo contar nuestras bendiciones, especialmente si no la estamos pasando bien, pero aun así debemos hacerlo y enseñar a nuestros hijos a hacerlo para confiar en que todo está bien, aun cuando no esté todo bien; a pesar de que la vida vaya en contra de nuestros deseos o proyectos hay que recordar que las bondades son muchas y diarias.
Si estas concentrado en las muchas bendiciones y no en los muchos problemas, probablemente generarás mayores posibilidades de éxito en todos los aspectos de tu vida porque tu mente se enfoca en las posibilidades y en las oportunidades, adoptando un estilo de vida que permite fijarnos en lo más importante y alcanzar nuestro potencial.
Y lo más importante: para quienes somos creyentes, contar las bendiciones en reconocer la mano de Dios y su presencia en toda nuestra vida, siendo agradecidos por todo lo que pone en nuestra vida, sintiendo la seguridad de su providencia y confiando en que sus planes son mejores que los nuestros.
¡Feliz inicio del adviento a todos!