Historia del fútbol | El fracaso de Roma 1934

Historia del fútbol | El fracaso de Roma 1934

“En la logística del cuadro mexicano se pretendía realizar una serie de entrenamientos durante el largo viaje, pero después de un par de días se decidió suspenderlos, debido a que la actividad era intensa por las noches, lo que resultaría imposible que los jugadores se levantaran temprano.”


José Ortega Ramírez*

México se alistaba para el segundo mundial de futbol a celebrarse en Italia. La selección mexicana comandada por Rafael Garza Gutiérrez, Record, había goleado al representativo cubano en los partidos eliminatorios de la región. En el aficionado mexicano se había generado una gran euforia y enormes esperanzas en que el representativo derrotara al conjunto estadounidense en el último juego de la eliminatoria. 

El 18 de abril del año de 1934, el equipo representativo mexicano partió en ferrocarril de la capital mexicana, donde fueron despedidos por cientos entusiastas aficionados. Al día siguiente salieron con del puerto de Veracruz rumbo a Europa. 

En la logística del cuadro mexicano se pretendía realizar una serie de entrenamientos durante el largo viaje, pero después de un par de días se decidió suspenderlos, debido a que la actividad era intensa por las noches, lo que resultaría imposible que los jugadores se levantaran temprano. Cuando arribaron a Europa, los jugadores del conjunto nacional lucían maltrechos y sobrados de peso.

Ya en tierras italianas se dispusieron, ahora sí, a entrenar. Pero una vez más surgieron “contratiempos” por la mañana entrenaban un poco, por la tarde, los paseos eran obligatorios y por la noche habría que visitar los centros de diversión…. La hora de la verdad estaba cerca y el nerviosismo crecía entre los jugadores nacionales.

El día 24 de mayo, ante el primer compromiso, la escuadra mexicana fue recibida con aplausos del público. Sin embrago, desde el comienzo del partido se notó el dominio del equipo estadounidense. Donelli el crack de las barras y las estrellas marcó el primer gol. Casi de inmediato México reaccionó, Manolo Alonso logró el tanto del empate. Luego vino la debacle: el equipo nacional fue arrollado por 4 goles a 2.

Los días siguientes para no variar también fueron un desastre. Como la federación había realizado la logística de que nuestro representativo nacional alcanzaría la final, los pasajes de retorno a nuestro país estaban programados unas semanas después. Era imperativo que el equipo jugara un par de juegos para sufragar los gastos de estancia, pero luego del rotundo fracaso de ser eliminados por el equipo estadounidense a casi nadie le interesaba enfrentar al equipo mexicano. 

Al fin, se confirmaron dos encuentros en la ciudad de Berna y otro en suelo holandés. Para posteriormente uno más contra el Sporting de Gijón, donde el equipo mexicano tuvo que saltar a la cancha el mismo día que arribaron a la ciudad española. México comenzó ganando 2 a 0 y terminó perdiendo 5 goles a 2.

El dinero ya no alcanzaba y no había manera de conseguir más encuentros. Así que no hubo más remedio que aceptar la oferta de dos equipos españoles. Carlos Laviada, Luis Pirata Fuente y Manolo Alonso se comprometieron a jugar en España. Con el dinero obtenido, el resto de los seleccionados tomó el barco de regreso a su país que, tras la derrota, los habían olvidado por completo.


*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al fútbol. 

Facebook: José Ortega Ramírez

Correo: jor0231&hotmail.com


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.


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