Hablemos de seguridad…y algo más | Labrar, plantar, cultivar y cosechar
“Es en la gestación donde inicia la vida de nuestro cultivo emocional que será la semilla que nuestra progenie dé a sus crías, y esto repercutirá y delineará la vida de los vástagos”
Diego Varela de León*
En una similitud de cualquier producto del campo con la buena crianza de los hijos desde la cúpula, la fecundación, y la gestación tal como podríamos semejar con la siembra, porque es en la gestación donde inicia la vida de nuestro cultivo emocional que será la semilla que nuestra progenie dé a sus crías, y esto repercutirá y delineará la vida de los vástagos, y si, solo si, hay esa primer labranza, cuando llegue el momento de alumbrar por supuesto que será un buen fruto, el cual sin duda será mucho más fácil orientar en crianza positiva mediante una educación basada en valores y principios, de los cuales al final del día como analogía del fruto será en buena entrega al consumidor relación a la sociedad como una persona de bien y de provecho.
Y tal vez algunos se podrán preguntar y que tiene que ver este tema de la analogía que se hace del campo con la procreación del ser humano y el tema de la inseguridad que algunos estudiosos dirimen es donde inicia parte de la génesis de las causas y factores, y el tema nos remite a tantos casos de entropías impensables y por supuesto salvo mejor opinión, el tema de la gens mucho tiene que ver con estos climas de inseguridad que estamos viendo y padeciendo, pues es en la familia donde gesta el néctar de la vid para la sociedad.
Y en una crianza adecuada para los niños, niñas y adolescentes, amén de las mil y una formas distintas de cada persona, sería que desde el mismo vientre habláramos de valores transmitiendo en primer término cuán importantes y cuanto se les ama, además del anhelo de esperar nueves meses su llegada, porque una hija o hijo siempre serán la esperanza y la fe de los padres y de estos depende que una vez nacidos inicie el gran camino de la vida y la gran importancia y responsabilidad de educar y que su objetivo principal sea orientar acciones positivas y racionalmente durante toda su vida hacia el bien, con pensamientos y acciones que enseñen quehaceres racionales del porqué se actúa de una u otra manera, y siempre encaminados a generar buenas acciones que con el tiempo se conviertan en hábitos que labren buenas actitudes en ellos, enseñarles que la manera de hacer nos lleva al ser, orientándoles que no se trata de hacer acciones generosas sino de ser generosos, que no se trata de hacer el bien sino ser el bien mismo, que se no se trata de ser amoroso sino de ser el amor mismo.
Los hijos desde el vientre, su edad temprana y juventud, son como un lienzo en blanco que para el artista representa la oportunidad de crear la mejor de sus obras, y basados en la idea de Pilar Jericó en torno a los hijos en una de sus conferencias apuntó que: “nuestros hijos son nuestra mejor obra de arte, ellas y ellos son nuestros espejos, y con ellos aprendemos de aquellas dificultades que a veces tenemos, y como pediríamos a nuestros hijos que gestionan el conflicto si nosotros como padres no sabemos hacerlo, igualmente como pedir a nuestros hijos que digan las cosas con cariño si nosotros no sabemos tratarnos ni tratarlos con amor, de tal suerte que asienta la escritora que poder desarrollar la grandeza interna es el primer paso para su educación y eso implica educarnos o re educarnos a nosotros mismos, y agrega que sólo desde ahí podremos despertar en nuestros vástagos la fuerza y la pasión que sea lo que inspire el devenir de sus vidas”.
*Amante de la música, la lectura y el deporte.
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