Hablemos de seguridad…y algo más | La confianza en la construcción de paz y armonía social
“La construcción de la paz y armonía social no podría ser posible sin la participación e integración de todos los actores de la sociedad”
Diego Varela de León*
El fenómeno de la violencia y delincuencia son una de las entropías sociales que no escapan a ningún espacio geográfico del mundo, y por supuesto nuestro país no está exento de dicha entropía, lo que ha generado diversos problemas en lo social, económico y político, derivado de las malas políticas públicas que en el pasado no fueron implementadas de manera adecuada y orientadas con un alto grado de corrupción, impunidad e indolencia, amén de la penetración que tuvieron los grupos delincuenciales en las estructuras institucionales de los gobiernos en sus tres órdenes.
Baste recordar casos como el de Genaro García Luna, Iván Reyes Arzate, Mario Velarde Martínez, Ricardo Gutiérrez, Luis Cárdenas Palomino, entre muchos más que tejieron nexos con el crimen organizado desde el gobierno de Vicente Fox Quezada y que alcanzó su auge de corrupción e impunidad en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
De lo anterior, es natural que se ponga en juego la confianza de la población hacia las instituciones, en particular y para el caso que nos ocupa en las responsables de la seguridad pública, situación que mermo su legitimidad y trajo como consecuencia la absoluta desconfianza y en una deuda histórica que ha sido en detrimento de los derechos más esenciales de la población como la salvaguarda de su integridad y de contar con un ambiente para el desarrollo acelerado y sostenido en todos los aspectos, en un tema que por décadas presento grandes rezagos al igual que en otras materias como la salud, la educación, el empleo, y desarrollo, lo que redundo en un panorama por demás complejo y en una herencia maldita que los gobiernos del pasado nos dejaron.
La desconfianza afecta la forma en la que establecemos vínculos institucionales y personales y por supuesto que tienen un efecto directo en la sensación de inseguridad, pues las sociedades con menores niveles de confianza entre sus pares, presenta mayores índices de temor, y por ende la fragmentación y exclusión se intensifican, lo que generan ambientes más propicios para el surgimiento de conductas violentas que deriva en un círculo vicioso, pues la violencia altera la vida en las calles y en consecuencia el factor social en las comunidades y que a su vez provoca temores y desconfianza entre unos y otros, alimentando los procesos de exclusión social y motivando una mayor entropía social.
Por ello hablar de la construcción de seguridad, paz y armonía social, es remitirnos entre algunos términos como la confianza, que en el marco de las acciones del Estado y en particular de las que tienen que ver con la seguridad pública.
Es una frase que sin duda está encaminada a la firme esperanza que las personas tienen en las instituciones gubernamentales encargadas de proteger la integridad física, patrimonial, y las libertades de la sociedad, y que invariablemente forma parte de una política pública en términos criminológicos, en que el estado sostiene el irrestricto cumplimiento del mandato constitucional, el cual está orientado a la función a cargo de la federación, los estados y municipios, y que en sentido estricto de la seguridad pública, representa la base fundamental de la convivencia, confianza y respaldo para la ciudadanía, y que en esta premisa la ciudadanía tendrá que ser participativa y colaborativa con las instituciones encargadas de brindar y construir esa seguridad, paz y armonía social.
De acuerdo a lo anterior, podemos decir que hay diversos estudios que nos dicen que en comunidades donde existe una fuerte cohesión social, expresada en confianza entre vecinos y por supuesto en las instituciones.
Además de los buenos niveles de control social mediante una adecuada aplicación de la ley, los niveles de delitos especialmente los violentos tienden a ser menores, pues el elemento de la cohesión social y su componente de confianza entre ciudadanos, resulta por demás fundamental en el marco de las políticas criminológicas dirigidas a la ciudadanía, pues la construcción de la paz y armonía social no podría ser sin la participación e integración de todos los actores de la sociedad.
**Amante de la lectura, la música, y el deporte