Hablemos de seguridad… y algo más | Prevención y actuación social

Hablemos de seguridad… y algo más | Prevención y actuación social

“Los oficiales de policía deben tener en mente de manera permanente que su actuar es una filosofía y no una táctica específica…”

 

Diego Varela de León*

Actualmente, a diferencia de épocas pasadas, y claro está por esa herencia de ese pasado, vivimos inmersos en una realidad que puede considerarse global, es decir, las personas además de habitar en un territorio determinado son parte de un mundo. La llamada globalización, en cualquiera de sus diferentes acepciones (social, política, cultural y económica), es parte no sólo de la vida de las personas, sino del desarrollo cotidiano de los Estados de Derecho, los cuales se relacionan de manera directa para satisfacer determinadas necesidades o, en su caso, para cooperar conjuntamente para la consecución de un fin específico. En el contexto geopolítico contemporáneo, se presentan diferentes fenómenos que se gestan en los Estados Nacionales, por ejemplo, actividades comerciales, financieras, laborales, entre muchas otras. En este orden de ideas, uno de los fenómenos que también se presenta a nivel mundial es la delincuencia, la cual en el contexto internacional adquiere matices y formas diferentes, lo cual conlleva a un tratamiento específico atendiendo a su naturaleza.

Los países de la región hoy presentan algunos de los indicies de criminalidad más altos del mundo, resultando los jóvenes el grupo más afectado unos como víctimas y otros victimarios. Por primera vez en décadas, en los países de América Latina, la delincuencia ha desplazado al desempleo, la salud, la educación etc. como las principales preocupaciones para la población. En estos países el Poder Judicial, el ministerio público, las fuerzas de seguridad y el sistema penitenciario no han desarrollado las capacidades necesarias para responder eficiente ni eficazmente, mediante acciones de prevención y de represión legitimas del crimen y la violencia.

De tal suerte que se hace necesaria la acción conjunta entre ciudadanos e instituciones de aplicar otras perspectivas de solución entre las que podemos señalar que la seguridad ciudadana es una de las dimensiones de la seguridad humana y por lo tanto del desarrollo humano e involucra la interrelación de múltiples actores, condiciones y factores, entre los cuales se encuentran la historia de las estructuras del Estado y la sociedad; las políticas y programas de gobiernos; la vigencia de los derechos económicos, sociales culturales; y el escenario regional e internacional.

Por otro lado es de suma seguir con la insistencia en que la perspectiva de los derechos humanos permite abordar la problemática de la criminalidad y la violencia y su impacto en la seguridad ciudadana mediante el fortalecimiento de la participación democrática y la implementación de políticas centradas en la protección de la persona humana, en lugar de aquellas que primordialmente buscan afianzar la seguridad del Estado o de determinado orden político. Si bien el derecho internacional de los derechos humanos no define en forma expresa el derecho a la seguridad frente al delito o la violencia interpersonal o social, cuya prevención y control es el objetivo de las políticas sobre seguridad ciudadana, los Estados se encuentran obligados por un plexo normativo que exige la garantía de derechos particularmente afectados por conductas violentas o delictivas; el derecho a la vida; el derecho a la integridad física; el derecho a la libertad personal; el derechos a las garantías procesales y el derecho al uso pacífico de los bienes. Las obligaciones de los Estados miembros respecto a la seguridad ciudadana también compromete el derecho a la garantía procesal y a la protección judicial; el derecho a la privacidad y a la protección de la honra y la dignidad; el derecho a la libertad de expresión; el derecho a la libertad de reunión y asociación; y el derecho a la participación en los asuntos de interés públicos. En un sentido amplio, la seguridad ciudadana también puede incorporar medidas de garantía de los derechos de la educación, la salud, la seguridad social y el trabajo, entre otros.

De lo anterior podríamos entre otras cosas concluir que la seguridad ciudadana se ve amenazada cuando el Estado no cumple su función de brindar protección ante el crimen y la violencia social, lo cual interrumpe la asignación básica entre gobernantes y gobernados. Los agentes de la Policía son los representantes de una organización integrada dentro del contexto social de la población, exponentes de una continua evolución hacia la modernización y adecuación del colectivo profesional de la Policía hacia eficaces y reconocidos estilos de trabajo. La permanente respuesta a las demandas ciudadanas, han condicionado un proceso de cambios estructurales y funcionales traducidos en el progreso de la gestión policial.

Los oficiales de Policía deben tener en mente de manera permanente que su actuar es una filosofía y no una táctica específica, es un concepto proactivo y descentralizado, diseñada para reducir los niveles de delincuencia, y desorden y, por extensión, la sensación de inseguridad, mediante la inmersión intensiva es decir la proximidad social del mismo agente de policía en la misma comunidad durante un período prolongado de tiempo de tal forma que los habitantes de tal suerte que desarrollen la confianza suficiente para colaborar con la policía, proporcionándole información y cooperación y que juntos ciudadanía e instituciones generen esa seguridad ciudadana que permita que unos y otros cohabitemos en paz y armonía social.

 

*Librepensador, amante de la lectura, la musica y el deporte

 

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

 

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