Hablemos de seguridad… y algo más | Prevención social, conflicto y solución
“El conflicto es luz y sombra, peligro y oportunidad, estabilidad y cambio, fortaleza y debilidad, el impulso para avanzar y el obstáculo que se opone. Todos los conflictos contienen las semillas de la creación y la destrucción”
Diego Varela de León*
En esbozos anteriores hemos compartido con ustedes amables lectores temas como, la importancia de vivir en comunidades cohesionadas, la importancia de la confianza, la interacción, la identidad, la pertenencia, la participación y la necesidad que tenemos como individuos de tejer redes con quienes nos rodean. El presente escrito hila varios de estos conceptos que sin duda se relacionan con la cohesión comunitaria, en este tema les compartimos ideas y conceptos de herramientas útiles en la solución de conflictos tal como la comunicación, la transformación de conflictos y una mejor vida en comunidad. Pues parte de la buena convivencia se fundamenta en las relaciones que construimos, encaminadas a un mejor vivir en comunidad y con esto contribuir y consolidar una ciudadanía sólida, segura y comprometida.
Sin duda temas que mucho tienen que ver con la prevención social de la violencia, derivado de los conflictos que se suscitan día con día, y lo más importante de todo problema en similitud con una enfermedad, en primer término es el reconocimiento de que existe y enseguida atenderla, y para el presente desglose es como poder replantear nuestras relaciones, identificar los conflictos a tiempo, buscar las causas y factores que los originan, así como las diferentes actitudes que asumimos frente a dichos conflictos, y sobre todo en aprender a abordarlos de manera asertiva. Según la ONU la prevención de conflictos involucra a diferentes actores que trabajan en tres áreas que son pilares para la preservación de la paz y seguridad, el desarrollo y el respeto a los derechos humanos, es decir dichas personas son la propia sociedad, así como los integrantes de las instituciones que por mandato constitucional están obligadas en primer término a la prevención y de ahí la importancia del presente esbozo en el sentido de cómo solucionar dichos conflictos.
Las relaciones humanas son una construcción y se dan en los espacios en donde crecemos y nos desarrollamos y estas representan nuestra mejor, y quizá, única oportunidad de hacernos más humanos. Estos encuentros con las y los demás son o deberían ser fuente de nuestras mayores alegrías, aunque en la realidad estos encuentros no siempre son fáciles, pues a veces nos imponen los más grandes retos y ponen de manifiesto tanto nuestra tolerancia o intolerancias, prudencia o imprudencia, además de nuestra capacidad resolutiva para resolver conflictos de manera positiva o igual hacer que el conflicto escale a niveles no deseables.
Todas las personas de una u otro forma, en mayor o menor medida, todos los días necesariamente tenemos que interactuar con distintas personas desde nuestra familia con quienes vivimos, en el centro de trabajo, con quienes nos cruzamos en la calle, con nuestras amistades, con nuestros vecinos, en las escuelas, en el supermercado, en el transporte público, durante los traslados en tu vehículo particular, en los espacios recreativos y en general en todos los espacios donde necesariamente tenemos que realizar nuestras actividades, y estas interacciones construyen relaciones, algunas de estas relaciones son de gran cercanía y profundidad, otras son formales o distantes, otras casuales y pasajeras, y otras más serán permanentes.
Al estar en contacto constantemente con gente distinta, parecería que nos relacionamos de manera natural y, tendemos a crear vínculos con aquellos a quienes tenemos cerca, Sin embargo, no siempre construimos esos lazos de la mejor manera, ya que en muchas ocasiones huimos del conflicto, o bien somos intolerantes a las críticas, y nos cuesta trabajo buscar y encontrar las soluciones más adecuadas a los problemas interpersonales, por otro lado juzgamos sin tener derecho, de igual forma no expresamos nuestros sentimientos y emociones o bien los expresamos de manera inadecuada, también tomamos partido en una u otra postura en vez de ser parte de la solución, en otras ocasiones nos aislamos y encasillamos y en otras tantas nos mostramos ajenos ante el conflicto, e igualmente otras tantas ocasiones caemos en la radicalidad y nos vamos a la agresión tanto física como verbal.
Y es que la mayoría de las personas no aprendimos o mejor dicho no nos enseñaron a relacionarnos ni comunicarnos asertivamente, nadie nos dio las herramientas básicas para enfrentar los problemas que surgen con quienes compartimos y convivimos, no se nos orientó en temas como la inteligencia emocional y resolución de problemas. Crecimos entendiendo el conflicto como pelea, cuando una pelea no es más que un conflicto que no supimos resolver a tiempo, crecimos pensando que juzgar y tomar partido es lo que se espera de nosotros, que hablar de nuestros sentimientos y emociones nos hace débiles, y que los conflictos tienen una solución que siempre beneficia a una persona y perjudica a la otra, cuando en realidad no necesariamente es así, de tal suerte que se hace necesaria una comunicación asertiva que construya y no destruya, que las soluciones estén orientadas en los valores positivos y la razón, y si solo si ponemos de manifiesto nuestra asertividad se podrá solucionar cualquier conflicto por muy difícil que pudiera parecer, y de esta forma poder construir comunidades de paz con valores y esperanza.