Hablemos de seguridad… y algo más | Niñas, cuidando niños
“Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), así como de la Organización Mundial de la Salud, nuestro país ocupa el primer lugar de embarazo infantil en el mundo”
Diego Varela de León*
Sin duda, la adolescencia en sus diferentes etapas es uno de los ciclos más difíciles en los que todas y todos en algún momento de nuestra vida tuvimos que transitar, aunque también en esas diferentes etapas de la adolescencia fue muy padre vivirla, porque para muchos de nosotros fue súper genial vivirla, por la felicidad en la que vivimos en aquellos días que no había tanta zozobra, aunque, de igual forma, para muchos se tornó difícil y áspera por nuestras propias decisiones, pues amen de nuestras actitudes que, sin duda, son las que delinean nuestro día a día.
En esas etapas vivimos momentos de inmadurez, en la que en muchas ocasiones se corrió el riesgo de fracasar o cometer errores que dejaron huella en nuestra vida futura, y en este tenor de ideas, en cualesquiera de las adolescencias temprana, media y tardía, por supuesto que el tema de la seguridad está tan presente en la vida propia del hombre, que no podemos ni debemos permitir estar en la tentación de la inseguridad.
Y tal como lo hemos asentado en otros esbozos, el tema de la inseguridad abarca la totalidad de nuestro día a día, y en esta ocasión, a propósito de las cifras preocupantes en el tema del embarazo en adolescentes, que desde el inicio de la primer menarca o espermaquia, según corresponda, es el periodo en el cual el individuo adquiere la capacidad de reproducirse, transita de los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida su independencia económica; dicho periodo se presenta desde los 10 hasta los 19 años y, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) así como de la Organización Mundial de la Salud, nuestro país ocupa el primer lugar de embarazo infantil en el mundo, donde 336 mil nacimientos en mujeres menores de 19 años se presentan cada año, donde 30 niñas de entre 10 a 14 años dan a luz cada día en nuestro país, e igualmente esas cifras nos arrojan que 23% de los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y 19 años de edad, aunque se tienen también datos de que ha habido niñas hasta de 9 años embarazadas y, por supuesto, que nuestro estado de ese primero lugar nacional ocupamos el segundo lugar y es preocupante, ya que dichas cifras arrojan que el 15% de los hombres y el 33% de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual, lo que los coloca en un riesgo prominente de un embarazo no deseado.
Y entre muchos de los riesgos que se tienen de tener un embarazo en adolescentes, es que la madre puede sufrir desde hipertensión gestacional hasta anemia, baja autoestima, parto prematuro, entre otras, incluyendo la muerte, al igual que en los bebés con bajo peso, retraso en el crecimiento, entre otros.
Y como siempre lo hemos asentado una y otra vez ante cualquier situación de inseguridad, sin duda la mejor solución está en la prevención que se tenga y entre ellas la prevención por excelencia es y será siempre la educación y la cultura.
En el tema del embarazo en adolescentes, por supuesto que tenemos que dejar de manejar el tema como un tabú y esta educación y orientación debe de iniciar en casa con nuestros papas, que son quienes nos tendrán que enseñar que la mejor manera de prevenir el embarazo en adolescentes es NO hacerlo en una edad inapropiada, pues tendrá que quedar claro la mejor edad para embarazarse es de los 25 a los 34 años, pero también nos tendrán que dejar en claro que consideremos los distintos tipos de prevención, desde los llamados “barrera”, que son los preservativos masculino y femenino, diafragma, dispositivo intrauterino de cobre, así como los hormonales orales, que son las pastillas; hormonales inyectables, los parches, el implante subdérmico y dispositivo intrauterino medicado, al igual que el anillo hormonal, así como los métodos químicos, de los cuales podemos citar los espermicidas y los métodos definitivos, como la vasectomía para el hombre, o la oclusión tubarica bilateral, para la mujer.
Solo con la prevención podremos abatir estas cifras, que no solo nos deben de preocupar, sino ocupar, por los riesgos que conllevan los embarazos en adolescentes.
*Libre pensador, amante de la lectura, la música y el deporte
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer