Hablemos de seguridad… y algo más | Los niveles de prevención

 “… el delito como la violencia y la delincuencia pueden ser prevenidos mediante el diseño diferenciado de estrategias…”

Diego Varela de León*

Desde cualquier ámbito de la vida social no podemos ni debemos dejar que la violencia siga haciendo que tanto el Estado como las personas vivan en la zozobra por los estragos que trae consigo, e igualmente que se inviertan recursos desproporcionados en medidas de reacción en vez de protección y solo para contenerla, pues debemos ir a los verdaderos factores que la ocasionan y prevenirla antes de que ocurra. Si actuamos de esta forma poco a poco iremos reduciendo sus consecuencias y promoveremos el desarrollo de las comunidades, así como el pleno ejercicio de los derechos y la seguridad ciudadana.

Sin duda el desconocimiento de las causas, dinámicas, actores y factores asociados a la violencia incrementa los costos económicos, políticos, humanos y sociales, además de que deteriora la confianza y por ende la cohesión social, y da como resultado políticas y acciones preventivas poco efectivas que en muchas ocasiones se traducen en mera reacción al delito en vez de prevenirlo, y otras tantas tratan de ser lucidoras y de relumbrón para las primeras planas de los medios informativos.

Es decir se deberá actuar desde las instituciones como desde la propia sociedad con mayor profundidad, para entender y explicar algunos fenómenos violentos y delictivos que se presenten en las comunidades, ya que al ser la violencia un fenómeno multifactorial y multidimensional es necesario valerse de diferentes interpretaciones y corrientes teóricas para entender los contextos en los que se desenvuelven las personas, y a partir de éstos poder diseñar estrategias que prevengan causas y factores de riesgo que promueven la violencia y la delincuencia en ciertas personas, comunidades y territorios, pues tanto el delito como la violencia y la delincuencia pueden ser prevenidos mediante el diseño diferenciado de estrategias, cuyo objetivo sea evitar el de evitar conductas antisociales, considerando la disminución de factores de riesgo y el incremento de factores de protección donde se presenten acciones reiteradas que sean percibidas o definidas como inaceptables, o bien, sancionadas legalmente.

Este esbozo como todos los que le anteceden queda a disposición de los amables lectores en general, así como de los amantes de los temas criminológicos orientados a la prevención de la violencia derivada de las conductas antisociales, poniendo a su ilustre consideración algunos conceptos y metodologías provenientes del enfoque de salud pública, específicamente de la teoría epidemiológica, retomando principalmente los niveles de prevención primario, secundario y terciario, así como la definición e identificación de causas y factores de riesgo y protección (entendiendo por causas y factores de riesgo aquellos que incrementan la probabilidad de que ciertos individuos o grupos padezcan violencia, así como los factores de protección que permiten prevenir o reducir la aparición de la misma). Los niveles de prevención de las acciones de intervención se pueden aplicar en función de dos características, donde en un primer tiempo o momento se da antes de que se produzca la violencia, en otro ámbito o grupo es cuando existe una alta posibilidad de que se presente o bien cuando ya se presentó, y en un segundo término se refieren a las condiciones del grupo al cual van dirigidas las acciones de prevención principalmente a la población que no ha sido víctima o no ha ejercido violencia, asimismo la población con mayor riesgo o vulnerabilidad de cometer o sufrir violencia y la población víctima o victimaria, y de lo anterior deviene la importancia en la definición del nivel de intervención.