Hablemos de seguridad… y algo más | El policía como agente de cambio social
“Para poder ver al policía como un agente de cambio social, es necesario verlo primero como un ser multidimensional”
Diego Varela de León*
Hoy abordamos un tema por demás importante para la sociedad y me refiero a los agentes del orden, vistos como un agente de cambio social, como un solucionador de problemas encaminados a guardar y hacer guardar el orden, así como procurar el sano equilibrio de este orden, la paz y la concordia entre unos y otros.
Y si partimos de un breve análisis de lo deseable, observando esa integralidad del policía, es necesario remitirnos a que una parte del todo tiene que ver con el análisis del ser humano, antes de ser definido como ser profesional, partiendo de la concepción integral de la multidimensionalidad del ser, entendiendo que el ser humano es un cúmulo de extensiones que interactúan entre sí de manera articulada y equilibrada.
Para poder ver al policía como un agente de cambio social, es necesario verlo primero como un ser multidimensional, es decir, la actuación de los seres humanos está orientada por los valores, cuya realización admite que la persona y la sociedad se conecten de tal forma que pueda evolucionar el ser humano en una unidad biopsicosocial, como un ser único, irrepetible e indivisible y que se define además por sus acciones sociales, y su entorno lo determina como ser humano; de igual manera, se caracteriza por tener dignidad, libertad, autonomía, intimidad y apertura, particularidades que, al ser desarrolladas mediante la inteligencia y la voluntad, le pueden llevar a descubrir el bien común y la verdad.
Las diferentes dimensiones o extensiones del ser como la dimensión psicológico-social, físico-biológica, intelectual-cognitiva y espiritual-moral, son los elementos sobre los cuales el ser humano funciona como un sistema integral y equilibrado; dicho de otra forma, como la máquina perfecta, por lo tanto cada una de éstas dimensiones deben de ser atendidas y desarrolladas de manera conjunta para el adecuado funcionamiento del Ser, visto desde el punto de vista sistémico.
Además de comprender al ser humano como un ente multidimensional, es necesario ver que en la actualidad el comportamiento de los seres humanos en el ejercicio de cualquier profesión y máxime con las que tienen que ver con el bien social; la ética hoy en día resultaría ser la base sobre la cual se deberán regir el comportamiento personal y profesional.
El comportamiento ético es a fin de cuentas actuar bajo los patrones universales, preservando los derechos humanos y respetando y preservando la dignidad humana, por lo tanto el servidor público debe seguir la deontología de su profesión, partiendo de los principios morales que dicta una sociedad y anteponiendo intereses personales ante los derechos y la legalidad.
Igualmente, un alto sentido de la responsabilidad como valor ético, el cual tiene que ver con las consecuencias justas e injustas y estas a su vez sujetas a una norma jurídica, que es donde se establecen las consecuencias de dichos actos.
El concepto que se tiene de los policías, derivado de una multidiversidad social, ha sido construida invariablemente en el tenor de distintos prejuicios y valores de juicio, pues a dichos agentes del orden se les ha catalogado desde una perspectiva que en muchas ocasiones se orienta a una falta de cultura y preparación, hasta señalamientos de corrupción e impunidad, de lo cual en no pocas ocasiones han sido y son objetados, aunado a esa imagen de detrimento a la propia labor policial, que hay aclarar es difícil y compleja.
Hoy en día un policía es y deberá ser un hombre con un alto sentido del honor, de la justicia y de la moral, con una ética y valores a prueba de todo; deberá de ser un hombre preparado en todas las áreas del conocimiento en lo que atañe a su profesión, amén del propio desempeño de la función.
Orientados siempre al irrestricto apego a la ley e inquebrantable respeto a los derechos humanos.
En este contexto de la seguridad pública, las competencias adquieren un significado relevante para el desarrollo integral de esta profesión. Anteriormente, el conocimiento era fundamental y de prioridad para el desempeño de cualquier profesión, las empresas tomaban como punto de partida en sus procesos de selección la capacidad intelectual (CI) con la que contaban los profesionistas.
En una sociedad de conocimiento y de información vertiginosa, después del desarrollo de teorías humanistas, la globalización, el desarrollo de las Tic´s etc., ahora es necesario que los profesionistas de cualquier área de conocimiento desarrollen competencias actitudinales y que tengan que ver con el desarrollo de habilidades y aptitudes.
Para considerar a un policía como competente, debe demostrar saberes (conocimientos), habilidades y saber ser (actitudes), y entre los principales para el servidor policial serán: normatividad y legalidad, procedimientos de operación, criminología, deontología, psicología, ética, estadística, sociología, habilidades comunicativas, cooperación y trabajo en equipo, habilidad para motivar a otros y actitudes como: congruencia, autoconocimiento, autorregulación, automotivación, empatía, relaciones eficaces, integridad, adaptabilidad, capacidad de superación, lealtad, suspicacia, comportamiento ético.
Locus de control interno.
En la actualidad, el policía está llamado a ser un agente de cambio social, el cual debe, en primer lugar, demostrar un comportamiento ético basado en la legalidad, la moral y los valores; además de desarrollar todas las competencias necesarias para desempeñar adecuadamente su profesión, adquiriendo conocimientos y desarrollando habilidades y actitudes. También debe de ser capaz de desarrollar y adaptarse a nuevas prácticas policiales que atiendan la problemática actual y coadyuven al desarrollo óptimo, en busca del bien común y el beneficio social.
Libre pensador, amante de la lectura, la música y el deporte.
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