Eurocápsula | Inmortal europeo
JOSÉ ORTEGA*
Nacido en Ubu (Yugoslavia), el 30 de mayo de 1946, Dragan Dzajic ha sido una de las grandes figuras del futbol yugoslavo. Pese a su gran complexión física, poseía una ágil zancada y unos reflejos que lo convirtieron en uno de los mejores extremos izquierdos europeos del momento.
Formado en los juveniles del club estrella roja de Belgrado, debutó con el primer equipo a los 18 años, alternando su actividad futbolística con los estudios de economía. Serio, sacrificado y siempre correcto, Dzajic tuvo la rara virtud de saber conminar la labor de equipo con acciones individuales que emocionaron a los aficionados. Con una potencia poco común y una notable habilidad con el balón en carrera, era capaz de centrar sobre el área con precisión matemática o ensayar el mismo disparo a portería con una dureza y colocación sobresalientes. No en vano en 1969 llegó a marcar 60 goles.
Titular indiscutible en la selección yugoslava, estableció un nuevo récord de internacionalidades con ocasión de un encuentro jugado en el estadio de Wembley en 1972. Aquel día jugó su encuentro número 67 con el equipo nacional que superaba la anterior marca en poder de Branko Zebec. 4 años antes, en 1968, había formado parte en compañía de Amancio, Albert Oberath y otros inolvidables jugadores el resto del mundo que se enfrentó a la selección de Brasil con victoria sudamericana 4:2.
Aunque recibió muchas ofertas del extranjero la normativa de su país, que prohibía toda transferencia de jugadores menores de 28 años, le obligó a continuar en Belgrado. Pero después del mundial 1974 de Alemania, en el que Dzajic capitaneó una vez más a la selección yugoslava y luego se incorporó al futbol francés concretamente al club Bastia, al igual que otros de sus compatriotas.