Eurocápsula | 9no. Campeonato de Europa de Fútbol Suecia 1992
José Ortega*
Celebrado del 10 al 26 de junio de 1992 con sedes Goteborg, Malmoe, Norrkoping y Estocolmo, dos semanas antes del comienzo del torneo a la futura campeona de Europa nadie le tenía en cuenta. Ni siquiera se había clasificado.
Por un punto, Dinamarca había sido superada por Yugoslavia, que no pudo participar por las sanciones del consejo de seguridad de la ONU, entre ellas su exclusión de las competencias deportivas internacionales, a causa de la guerra de los Balcanes.
Los daneses superaron que disputarían el torneo diez días antes que comenzara el partido inaugural. Faltaban España e Italia, dos pesos pesados que había tenido que dejar paso a Francia y la comunidad de estadios independientes (CEI), la continuador URSS. Los jugadores daneses y su entrenador, Richard Moller-Nielsen, regresaron de las vacaciones y viajaron a Suecia sin una verdadera preparación previa.
En la fase de grupos todo parecía indicar que la interrupción de las vacaciones sería corta. Tras empatar sin goles contra Inglaterra, sufrieron una derrota por la mínima diferencia ante el anfitrión Suecia. En el último partido de la fase de grupos contra Francia, saltó la sorpresa y los daneses se clasificaron a semifinales. Los franceses junto con los ingleses, que se habían autoproclamado favoritos, ocuparon inesperadamente los últimos lugares del grupo y fueron ellos los que se despidieron del torneo. En semifinales, a Dinamarca le esperaba un duro rival actual campeón europeo Holanda, un rival de apariencia insuperable. Pero con entrega y pasión los daneses consiguieron ganar en tanda de penaltis, en la que el portero Peter Schmeichel se convirtió en héroe. El otro finalista era el once alemán, que se había abierto paso en la fase previa marcando pocos goles y echando mando de la acreditada tenacidad germana.
En su cuarta final era el cuadro favorito y comenzó a disputar el partido con energía y demostrando su superioridad, pero los daneses les sorprendieron en una jugada de contraataque y se pusieron por delante en el marcador. Toda la presión de los alemanes en busca del empate resultó efímera y poco antes del final del partido los daneses marcaron de nuevo. Los héroes daneses reemprendieron sus vacaciones, no sin antes entonar en el estadio de Goteborg sus cánticos triunfales: “We are red, we are White, we are danish dynamite!”