El sentido del derecho “in actu” | Aniversario de la Expropiación Petrolera y la Soberanía Energética Mexicana
“El sector energético”
Oscar Gabriel Campos*
En el marco del 85 aniversario de la expropiación petrolera recordamos como a lo largo de la historia ha sido una constante pugna entre el estado y las empresas extranjeras por el control de los hidrocarburos; entre otras de nuestras riquezas incluido el propio territorio, así como los diversos minerales.
La figura jurídica de la expropiación ya se encontraba regulada en el texto original del artículo 27 de la Constitución de 1917, donde se establecía: “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originalmente a la nación, la cual, ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada.”
Para 1935 se creó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y para el año siguiente éste reclamaba derechos económicos como: la semana laboral de cuarenta horas; pago salarial durante enfermedades; indemnización familiar en caso de muerte o incapacidad total, salario mínimo de cinco pesos, jubilaciones, entre otras, las cuales fueron rechazadas por las compañías petroleras. En mayo de 1937, el sindicato manifestó su decisión de declarar la huelga si sus demandas no eran respondidas satisfactoriamente, a lo que el STPRM presentó ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje como un conflicto de carácter económico, determinando esta última que las empresas tenían la solvencia para cumplir con las peticiones, lo cual dio como resultado a finales de ese año el pronunciamiento de laudo para que las empresas establecieran las condiciones de que se exigían a partir de la primera semana de 1938.
Fue entonces presidente de la República el general Lázaro Cárdenas del Río expidió el decreto de la Expropiación Petrolera, que consistía en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras que entonces controlaban la industria, para convertirse en propiedad del pueblo de México; dicho decreto consistió en la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y todos los bienes muebles e inmuebles. Aproximadamente tres meses después de la expropiación se fundó la paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX), otorgando las facultades necesarias para realizar todos los trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización del petróleo en nuestro país.
En 2013 se aprueba la Reforma Energética presentada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, en la cual se estableció como objetivos: “mejorar la economía de las familias reduciendo los costos de los recibos de la luz y el gas, aumento de la inversión y los empleos, creación de empleos, reforzar a Pemex y a CFE, reforzar la rectoría del estado como propietario del petróleo y gas, y como regulador de la industria petrolera”.
El 30 de septiembre de 2021, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó la iniciativa de reforma de la Ley Eléctrica a la Cámara de Diputados, entre los planteamientos de dicha reforma eran el aumento de la inversión en Pemex y la CFE, reforzar la seguridad en las instalaciones y en la infraestructura energética del país para evitar el robo, reducción de importación de combustibles aumentando la producción de petróleo y gas de nuestro país, la expropiación del litio y la construcción de la refinería olmeca en Dos Bocas, entre otros.
Valdría la pena reflexionar si se ha avanzado en lo que actualmente el presidente señala como “Soberanía energética” y que falta para que avancemos en este tema no solo en el marco legal, sino considerando a futuro el bienestar y las necesidades de la población, tomando en cuenta que la actividad petrolera es una de las actividades económicas más importantes de la nación y se concentra en nueve estados: Campeche, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Tabasco, Puebla y Veracruz y por otro lado dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas el objetivo 7 es: Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna.
“Ubi labor - ibi uber / Donde hay trabajo hay abundancia”
*Abogado y libre pensador
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