El espectador | El poder
“La cuestión es quien manda”
Alex Bravo*
Hoy en día, a través del uso de las redes sociales, se puede expresar, opinar y publicar, casi, todo lo que se desee. Y me refiero a casi, porque aún hay temas que pueden ser publicados, pero si no cumplen las normas permisibles para que sean presentadas, entonces al paso de unos minutos, es eliminado y censurado.
Lo que me hace pensar, seguramente en algún momento de nuestras vidas, así mismo, hemos recibido la prohibición para poder decir algo o expresarnos libremente, por alguna figura de autoridad. Michel Foucault es un filósofo francés, que expresó la importancia de analizar las prohibiciones, porque al hacerlo, permite cuestionar, por qué unas palabras son prohibidas y aún más importante, quién es quien las prohíbe.
Pongo por caso, a un gobernador que es interrumpido al momento de expresar su discurso, por una madre quien demanda justicia por su hijo, pero las palabras de la madre, son detenidas, por personas que forman parte de la seguridad del evento, mismas que la terminan expulsando del lugar.
El hecho de ignorarla, de continuar y proseguir aparentando que no sucedió nada, es una muestra de quien tiene el poder para decidir quien puede hablar y quien no. Qué discurso tiene prioridad sobre otro y quién puede callar la voz de quien intente opacar a quien tiene el poder. Siendo de este modo, en que se vinculan los tipos de castigo con el poder ejercido. Aunque distintos castigos, implican distintos poderes y diferentes gobiernos.
Por ejemplo, hace 500 años, a quien se atreviera a interrumpir a un gobernador, era sometido y castigado en público para después encerrarlo. Pero hoy, el gobierno, porque es algo que también está pasando en todo el país, pareciera que emplea como castigo; el silencio, la indiferencia y la negación de escuchar. Es ahí, que para Foucault, cada época estará gobernada por un ejercicio de poder determinado, que impondrá y que definirá al tipo de sociedad en que vivimos y tal parece, que nos está tocando compartir una más desensibilizada y deshumanizada.
Lo miro reflejado en un caso ocurrido en Yucatán, en donde dos jóvenes toman a la fuerza a un perro, y lo obligan a beber whisky, lo hacen solo para divertirse, y pasar el momento ameno. Estos dos jóvenes, sienten que tienen el poder para ejercer su voluntad sobre otro ser vivo, no muestran respeto por el sentir ni lo que pueda pasarle. También pienso, en una mujer del estado de México, quien siendo madre de un niño de cuatro años, lo sostiene de sus manos, mientras le propina puñetazos en su estómago. A ella parece no importarle el llanto, ni escucha el grito y la súplica de su propio hijo para que ya no le pegue, porque ella continúa haciéndolo.
Tanto el gobernador, los jóvenes y la joven madre, son indiferentes, guardan silencio y no escuchan al ser que someten. Lo hacen, porque sienten que poseen el poder para hacerlo.
La terapia Existencial es un enfoque exploratorio filosófico, en donde lo que más importa, es crear un espacio de relación y diálogo para que la persona comprenda un poco más la “situación” que está viviendo, como a su vez, la manera en que se relaciona con el mundo y los demás. Si te interesa iniciar una introspección propia de tu forma de estar en el mundo, quedo a tus órdenes.
Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com