Bibliósfera | La República de la Falacia 1: Nadie prometió este caos

Bibliósfera | La República de la Falacia 1: Nadie prometió este caos

Para las almas, la muerte consiste en volverse agua.

Heráclito de Éfeso

Joseangel Rendón

Política e historia

Yo no miento (digo falacias, que es lo mismo, pero sin remordimiento); el decir verdades que parecen absolutas, sin, remotamente, serlo, es lo que conocemos como falacia. Hoy en día está de moda usar este tipo de expresiones que sin ser la neta, nos las venden como el santo grial de la verdad. Digamos los influencers: le meten la atribución de sus ideas –sin una pizca de investigación o respaldo argumental– a sus seguidores, que, sin preguntar ni dudar se tragan todo lo bueno o malo que les digan. Hay muchos, y millones y millones de seguidores para quienes la verdad, el mundo real, ha dejado de importarles.

Diríamos que vivimos una época en la cual la ficción ha superado a la realidad. Pero la cosa va más allá de eso. Decir la verdad, el NO engañar, se ha convertido en un acto revolucionario, fuera de lo común. Lo que podríamos llamar una nueva Generación Fachada, sabemos que en su interior no se dedica a construir nada que la sostenga, ni qué decir cimiente, a las personas de hoy en día.

Al volver la vista atrás (como cantara Serrat en “caminante-no-hay-camino”) se ve que no tienen siquiera una senda recorrida. La política, publicidad, noticias, redes sociales, van más por el rumbo de seguir ciegamente una imagen de “todo está bien”, que buscar que todo esté bien. Necesario “volver la vista atrás” en el contexto de la historia (que también está llena de falacias), para saber que los pasos mal dados se pagan caros.

Bradley Dowden, en su libro Falacia describe este recurso argumental en la literatura, como “un tipo de error de razonamiento” que, con demasiada frecuencia, es persuasivo, lo cual no debería ser, pues carece de bases que sostengan su veracidad. El lingüista americano enumera 231 tipos diferentes de “cualquier creencia falsa o causa de una creencia falsa”, que son, básicamente errores cometidos al argumentar informalmente en lenguaje natural o en el discurso cotidiano.

Podríamos enlistar y ejemplificar estos 231 “malos” recursos argumentales, pero es mejor encontrarlo en libros:

Las 50 grandes mentiras de la Historia, de Bernd Ingmar Gutberlet nos llena de preguntas que el mismo Santo Tomás hubiera hecho: ¿Qué sucedió durante el Diluvio? ¿Cuándo fue la Nochebuena? ¿Fue la Edad Media una época oscura? Y menciona que ya sea por sensacionalismo, cálculo político o simple calumnia, las falacias históricas quedan ancladas incluso hasta mucho después de que hayan sido desmentidas. Este libro recoge las mentiras más perniciosas y desconcertantes de la Historia universal, y analiza qué hay de verdadero, falso o dudoso en ellas. La historia la escriben los ganadores, dirían, aunque no sea del todo cierta.

Por su parte, Viaje por las mentiras de la Historia Universal, de Santiago Tarín, demuestra que la vida cotidiana está plagada de falacias, de las que no se salvan ni las noticias de hoy, que son la actualidad, ni las de ayer, que constituyen la Historia. Las biografías de los personajes más trascendentales están salpicadas de leyendas, propaganda e imaginación con las que se rellenan los huecos que deja el conocimiento. Define la Historia como un organismo vivo que es atacado con mucha frecuencia por el virus de la mentira, recomendando que lo mejor es acudir a la bibliografía para vacunarse de las falsedades. Las fuentes del conocimiento documentado saben poner al descubierto a las mentiras disfrazadas.

En La política en el siglo XXI, Jaime Durán Barba y Santiago Nieto analizan los cambios que se produjeron en la sociedad para entender la nueva era. Explican por qué el sistema tradicional colapsó y es necesario acercarse a la política superando los mitos, para no caer en análisis arcaicos y paradigmas obsoletos. Aseguran que la política y su propaganda, están cada vez más llenas de falacias.

Por otra parte, en Contra la posmodernidad, Ernesto Castro Córdoba entabla una polémica con las principales contribuciones políticas, sociológicas y filosóficas de los últimos tiempos. Analiza una ardua polémica con aquella forma de filosofía obsesionada con el suicidio de la razón, la muerte de la metafísica y la superación de la Modernidad. Castro Córdoba demuestra que la apuesta normativa del postmodernismo resulta intelectualmente muy pobre y políticamente inútil.

La economía en una lección de Henry Hazlitt, manifiesta que el camino más corto y seguro para comprender la economía y la política económica actuales es una previa disección de los sofismas y falacias de que adolecen, singularmente la tendencia a considerar exclusivamente las consecuencias inmediatas de una política y sus efectos sobre un sector particular, sin reparar en las que produciría a largo plazo y sobre el conjunto de la comunidad.

En Los lobos, de Hans Hellmut Kirst, una novela original en torno al nazismo y la Segunda Guerra Mundial que no tiene como base la vida militar, muestra una mordaz radiografía del nazismo y todas las falacias que lo llevaron al poder en un pequeño pueblo alemán, desde su espectacular aparición hasta su fatídico desenlace con medio mundo destruido.

El lecho de Procusto, de Nassim Nicholas Taleb, recurre a la mitología griega para ejemplificar lo falaz de la vida. El mito de Procusto, relata la historia de un hombre obsesionado con hacer que sus huéspedes encajaran a la perfección en su cama, bien estirando sus extremidades, bien cortándolas. Este mito se aplica para referirse a la falacia pseudocientífica que consiste en deformar los datos de la realidad para que se ajusten a una hipótesis; y así es como interpreta Taleb los males que sufre la sociedad contemporánea. Un libro lleno de aforismos donde aceptamos lo que vemos e ignoramos lo que hay más allá.

Una falacia es un razonamiento no válido o incorrecto, pero con apariencia de razonamiento correcto. Es un razonamiento engañoso o erróneo (falaz), pero que pretende ser convincente o persuasivo.

En las siguientes dos entregas de este tema, abordaremos más a fondo lo que son las falacias en la ciencia y sociedad, así como la literatura y el pensamiento. Aprender a contrarrestar las falacias lógicas es una de las chambas del futuro, lo que nos permitirá dar pasos firmes y dejar huella en nuestro andar.

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