Autonomía económica de las mujeres | ¿Maternidad, un impulso o un obstáculo para la educación?
“Las mujeres hemos luchado por años para conseguir un espacio en las aulas…”
María del Carmen Salinas*
Como parte del cierre del ciclo escolar, he asistido a diversas graduaciones a lo largo de nuestra tierra zacatecana, sin duda, esto me ha permitido conocer diferentes realidades de la educación en Zacatecas, de las áreas que deben convertirse en prioridad y aquellas acciones en las que las buenas decisiones tomadas desde la nueva gobernanza han permitido mejorar el sistema educativo.
Si bien, cada una de las escuelas y universidades han aportado algo para comprender más a fondo las necesidades educativas de cada zona, tengo que ser honesta con las personas lectoras, uno de los hechos que más me conmovió fue el de aquellas mujeres que pasaron al presídium con sus hijas e hijos en brazos para recibir sus títulos profesionales.
Las mujeres hemos luchado por años para conseguir un espacio en las aulas, pero este proceso no ha sido sencillo, además, de que existen fuertes estigmas alrededor de nuestra presencia en el sistema educativo, uno de los más fuertes es la maternidad, pues una vez que nos convertimos en madres, estamos destinadas a permanecer en casa ocupándonos de la crianza de las y los hijos.
En este sentido, aquellas mujeres que decidimos ejercer nuestra maternidad mientras aún estudiamos, nos enfrentamos a fuertes complicaciones, pues las exigencias escolares y sociales pareciera que nos llevan a elegir entre ser madres o ser profesionistas, por ello al ver a diferentes mujeres caminando orgullosas con sus hijas e hijos para recibir sus diplomas, me enorgulleció pues se encuentran rompiendo estereotipos de género.
Conozco los obstáculos que enfrentaron, al igual que ellas durante la licenciatura sé que significa desvelarte para atender las necesidades de tus hijas e hijos, y llegar a clases cansada y con sueño, esforzarte por terminar todas las tareas a tiempo mientras sacrificas tiempo de calidad con tus pequeños, sin embargo, la maternidad no tiene por qué ser es una limitante para lograr nuestros objetivos académicos.
No es un camino sencillo, pues exige el doble de esfuerzo, el doble de desvelos y el doble de exigencia, esto no lo hubiera logrado sin que mis maestras y maestros fueran comprensivos y en algunos casos me permitieron llevar a mi hijo a las aulas, a mis amigas, que mientras yo terminaba tareas ellas cuidaban a mi pequeño Mauro, mi madre y hermana que eran mi red de apoyo.
Muchas veces me sentí obligada a elegir entre una u otra cosa, nunca cedí y concluí la licenciatura en Contaduría Pública en la Universidad Autónoma de Zacatecas, después, nuevamente, ya con dos hijos emprendí mi camino en la maestría en Finanzas Públicas, en donde el reto fue aún más grande, pues implicaba trasladarme a León, con gran dedicación concluí ese grado académico.
Es por ello, que a la distancia y ahora como Secretaría de Educación al ver a estas mujeres con sus hijas e hijos en brazos, me sentí identificada, y más allá de la empatía me invade un fuerte compromiso con las zacatecanas, para enfocar los esfuerzos para prevenir el embarazo adolescente, disminuir la deserción por maternidad y generar estrategias educativas que contemplen a las madres, pues la maternidad no debe ser un obstáculo, si no un impulso para lograr nuestras metas profesionales.