Aquelarre | La importancia de las redes de apoyo

Aquelarre | La importancia de las redes de apoyo

 "En trances difíciles, como asuntos relacionados con la salud y la libertad, por ejemplo, tener un grupo de familiares y amigos que brinden apoyo de todo tipo hace más llevadero el momento"

 

Tanya Ortiz *

Cuando en una familia sucede alguna situación que afecta económica, física y emocionalmente a sus miembros, tener una red de apoyo que la ayude a hacer más llevadero el momento cobra vital importancia.

Los asuntos del orden legal son los que suelen alejar más a la familia y amistades por considerarse que son actos de plena voluntad, dejando de lado la presunción de inocencia; aunque a la postre se dicten sentencias absolutorias, el daño moral quedó hecho y el abandono que inició con el proceso, muchas veces continúa, incluso con los más cercanos.

Sin embargo, hay que reconocer que ello no es generalizado y cuando las familias son sólidas y amorosas, incluso habiendo sentencias condenatorias, tras compurgar la pena mantienen el apoyo familiar.

En cambio, con los asuntos de salud la solidaridad suele hacerse presente desde los primeros momentos, sobre todo cuando de un accidente o emergencia se trata. Cuando una situación imprevista golpea a las familias, los más cercanos suelen responder a un llamado de auxilio... o aunque no se los pidan.

Ante enfermedades largas y penosas, el apoyo constante y decidido de los miembros del núcleo familiar es fundamental para que el enfermo sobrelleve los tratamientos y altibajos físicos y emocionales.

Los gastos que implican un proceso así también requieren de la constancia familiar, pues muchas veces se desequilibra la economía y comienza a causar estragos en otros sentidos.

La presencia y acompañamiento de otros familiares no tan cercanos o de aquellos que consideramos como tales y no son más que amigos, compañeros de trabajo o de escuela, también resulta fundamental en estos procesos, más por acompañamiento que por necesidad económica, aunque al final todo se conjunte.

Destinar tiempo es lo más valioso que los cercanos pueden hacer. Tiempo para acompañar en casa, conservar, llevar al médico, acudir por resultados, surtir despensa, llevar o cocinar alimentos, limpiar un poco la casa, ver alguna película juntos... son tantas las actividades en que puede ayudar alguien que cualquiera es bienvenida.

Establecer una red de apoyo, sólida y fuerte, forma parte fundamental en el proceso de recuperación. Recordemos que el duelo no se enfoca en una muerte, sino en una pérdida, y esta puede ser desde la pérdida de un trabajo, una pareja, la libertad o la salud, hasta justo eso: una muerte.

Y ante una enfermedad, la pérdida de la salud es una manera de acercarse poco a poco a la muerte, así que el proceso de duelo empieza desde que se conoce la primera noticia sobre un diagnóstico o aquella que represente la pérdida en sí.

Ese duelo no solo lo vive quien padece la pérdida, sino quienes lo rodean, por todo lo que implica: destinar tiempo, dinero y esfuerzo en atender, y tal vez lo más doloroso, ver el desgaste físico, paulatino, del ser querido.

Así que si eres quien está viviendo un duelo, déjate querer y ayudar. Tira las barreras y pide ayuda. No te encierres ni rechaces la compañía, los buenos ratos, las charlas, las visitas. Sal y date baños de sol, pisa descalzo el césped y recárgate de energía positiva. No te lamentes ni te preocupes... ocúpate y ve paso a paso.

Si lo estás viviendo de cerca -o de lejos- acércate más y solo hazte presente. Sólo eso...


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