Autonomía económica de las mujeres | Ciudades de cuidados
“En México el trabajo doméstico es vital no solo para todas las mujeres y niñas, sino que debemos de seguir trabajando en reconocer la importancia que tiene para el país”
Maricarmen Salinas Flores*
Los trabajos no remunerados y de cuidados es un tema que se puso en la mesa de discusión desde ya hace varios años, hoy afortunadamente los avances sobre este tema arrojan datos que son muy importantes. Tales trabajos aportan un 24% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, más que sectores de la economía como la industria manufacturera (22%), el comercio (20%) según un estudio publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía Este es el valor real de ese trabajo no remunerado.
Lo preocupante de estas cifras es que muchas veces son las mujeres las que se quedan en casa a realizar estas labores, dejando de lado sus retos profesionales y por ende su independencia económica y el empoderamiento.
Es importante señalar que las condiciones de trabajo de las mujeres siempre han estado marcadas por una terrible desigualdad, relegadas del espacio público y hasta hace un par de décadas incorporadas al mercado de trabajo, formal o informal. Esto claramente muestra que las condiciones de trabajo nunca han sido las mismas para hombres y mujeres.
El trabajo, la vida diaria y la educación para las mujeres siempre ha sido distinta, muchas incluso no han podido ni acudir a la universidad, o bien se ha visto interrumpida por las labores de cuidado ya sea de los hermanos menores o por trabajar desde pequeñas.
La pobreza es otro elemento importante en la medición, el Inegi observó que los hogares con menos ingresos son los estados donde los empleos no remunerados más aportan al PIB nacional, en Chiapas por ejemplo 6 de cada 10 pesos del PIB los generan los empleos sin pago, mientras que en contraste quienes menos aportan al PIB en trabajos no remunerados y de cuidados, son Campeche y la Ciudad de México con 10 y 12% respectivamente.
Esta cifra tan importante comenzó a medirse desde 2003 y el impacto de todos los trabajos domésticos y de cuidados no remunerados, alcanzó un 26% durante la pandemia y el confinamiento a causa de la emergencia sanitaria.
Es claro que tenemos que seguir trabajando por el reconocimiento de este trabajo en la economía de nuestro país, así como en general los programas y las políticas públicas necesarias para combatir la brecha de género y las diferentes desigualdades.
La ruta es bastante simple, romper con los estereotipos de género y que todos aportemos las mismas labores en casa, así como programas para lograr que los empleos cuenten con las mejores condiciones para que las mujeres puedan acudir a sus centros de trabajo, así como incentivos y flexibilidad en las jornadas de trabajo.
Sin duda México y el trabajo de cuidados y doméstico es vital no solo para todas las mujeres y niñas, sino que debemos de seguir trabajando en reconocer la importancia que tiene para el país. Sigamos trabajando para que esté sea reconocido.
*Tesorera del Senado de la República
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