Aquelarre | Los sacrificios del poder y los sacrificados
“En la política, si bien hay muchas críticas por el tráfico de influencias, el poder que alcanzan los funcionarios, las dádivas y el pago de favores, entre otras, también hay gente que se sacrifica para que las cosas marchen mejor, y otra tanta que resulta sacrificada por decisión de otros.”
Tanya Ortiz*
Los hechos ocurridos el último día de la Feria Nacional de Zacatecas, edición 2024, volvieron a poner en entredicho el éxito de la estrategia de paz que tanto se empeña en Gobierno del Estado en sostener que lo hay.
Y, sin demeritar los resultados ni mucho menos los esfuerzos, el hecho de que recién se diga que en el entorno ya se percibe un ambiente de paz y suceda un incidente que dejó casi una veintena de personas heridas hace que la ciudadanía desconfíe de las declaraciones oficiales.
Una vez más, el gobernador David Monreal Ávila externó su molestia por la filtración de videos que mostraron, en parte, cómo sucedió el hecho que preocupó y asustó a mucha gente; pero, dicho sea de paso, la mayoría se dio cuenta hasta el amanecer, pues para empezar, la explosión ocurrió después de la 1 de la mañana y durante la atención policiaca y de rescate, miles de personas continuaron en el concierto que se desarrollaba en el estadio.
Gracias a esto último fue que no hubo más personas lesionadas en este incidente.
En la política, si bien hay muchas críticas por el tráfico de influencias, el poder que alcanzan los funcionarios, las dádivas y el pago de favores, entre otras, también hay gente que se sacrifica para que las cosas marchen mejor, y otra tanta que resulta sacrificada por decisión de otros.
Esto de la explosión es un claro ejemplo de ello: el secretario Rodrigo Reyes Mugüerza salió en la madrugada a asegurar que la explosión había sido causada por la detonación de un tanque de gas, postura que se mantiene hasta el momento, y aseguró que la zona estaba controlada. Mientras ello sucedía, en el estadio se cerraban puertas e impedía a la gente salir siquiera a los sanitarios.
Alrededor de 20 mil personas estaban ahí y al primer indicio de peligro, imagine usted qué hubiera pasado. Una estampida que tal vez hubiera dejado consecuencias mortales.
Las autoridades evitaron una desgracia mayor al impedir que la gente saliera del recinto donde se desarrollaba el tan esperado espectáculo “Prófugos del anexo”, de los cantantes Julión Alvarez y Alfredito Olivas, porque además, alrededor del estadio, militares y policías de la Metropol, Estatal Preventiva, Guardia Nacional y Municipal, revisaban hasta debajo de los coches y entre la basura, con la ayuda del binomio canino especializado en detección de explosivos y, trascendió, encontraron al menos otros tres artefactos que no detonaron.
Pero es más sencillo sostener la hipótesis del gas porque es menos duro, menos peligroso y un accidente puede ocurrir, aunque la población se desgañite en reclamar la verdad y aunque diversos videos se hayan difundido en redes sociales.
El secretario debe sacrificar su tranquilidad, su investidura, su credibilidad y la confianza ciudadana en sostener la idea del gas, en vez de ser reconocido, junto con el secretario de Seguridad Pública, Arturo Medina Mayoral, por haber actuado con prudencia y evitar una mayor catástrofe de haber declarado cosa en contrario.
Si de un accidente de gas se trató, los sacrificados son los bomberos estatales y municipales ante lo que se supondría una ineficaz e ineficiente supervisión de las instalaciones de gas en cada uno de los puestos que estaba en la feria y que utilizara este combustible, así fueran un triciclo de tamales o un pequeño puesto de hotcakes.
Otra parte sacrificada es la comunicación social de las autoridades, tanto del Gobierno del Estado, en las dependencias que intervinieron en este incidente, como de la FGJEZ, ya que sus titulares se ven obligados a mantener la postura y lo que el peritaje oficial haya arrojado.
Como vemos, la censura y autocensura no solamente se vive, padece, en los medios de comunicación.
Haiga sido como haiga sido, celebro que pese a la crisis mediática, los secretarios Reyes Mugüerza y Medina Mayoral hayan decidido sacrificar su credibilidad, si con ello se salvaron decenas o cientos de vidas; celebro también que, incólumes, los bomberos hayan sacrificado el orgullo de hacer bien su trabajo, por la tranquilidad colectiva, aunque muchas voces prefieran escuchar malas noticias.