Andar las vías | Sin compromisos para evitar padecimientos emocionales y económicos
Andar las vías
Sin compromisos para evitar padecimientos emocionales y económicos
“Si cada cabeza es un mundo, ¿Cuántos mundos nos falta por conocer de cada cabeza?”
LUNA MORENA*
Para mostrar sus desacuerdos y defender la ausencia de compromisos, la juventud dice que estos son otros tiempos y lo hacen por evitar compromisos, que estamos en la modernidad, que las tecnologías nos han traído y para no quedarnos obsoletos en lo que de estas nos interesa, tomamos lo que se lleve bien con nosotros.
Desde luego que no todo lo tomamos de esas ciencias; ya teníamos esas ideas, esos pensamientos, pero sabíamos que por el simple hecho de comentarlo con nuestros papás, pondrían “el grito en el cielo” por nuestra semejante locura; que venía a romper con una tranquilidad añeja, y una costumbre familiar.
Prueba de esto, se exhibía sobre una de las paredes de cada vivienda, que mostraba un buen número de las bodas ocurridas en la familia. Podemos comprobar que desde los papás del bisabuelo, del tatarabuelo y otros tantos con su respectiva novia, lucían con orgullo su traje nupcial que destacaba la belleza personal de cada uno.
Por eso los acomodaban como en hilerita para que la historia hablara por sí sola, sin necesidad de repetirla a quien llegaba con sus preguntas pobres.
En estos tiempos conocemos personas que deciden pasar por alto el matrimonio y se van a vivir con su pareja sin ningún compromiso a futuro, lo único que comentan es que si la relación pierde su encanto y la costumbre se hace presente; será el momento de terminar la relación y tomar cada quien el rumbo que más se acomode a sus planes del mañana.
Con el “fue un gusto conocerte”, se terminó “y vivieron muy felices”. Así de cortas son las relaciones que ahora las parejas han adoptado; idea que no termina de ser aceptada por ciertos progenitores, quienes alegan nunca haber dado ese ejemplo tan desigual, tan descuadrado, justo para evitar estas situaciones; que seguros estamos, se seguirán dando entre esa sociedad, que huye de los compromisos que puedan atarlo de por vida.
Cualquier despistado que decide optar por el matrimonio, tanto ella como él, lo hacen por bienes separados, pero con letras a 10 columnas y si quieres hasta subrayadas; no vaya a ser que el tiempo, el moho, o alguna gotera lleguen y lo borren, junto con las respectivas cláusulas y las infaltables letras chiquitas.
Lo que también hemos visto hoy en día, es la ausencia de hijos entre las parejas. Que si por el trabajo, que por falta de tiempo, que no tienen la paciencia suficiente que el niño necesita para su crecimiento, que por lo caro con que ahora se están dando. En fin, cada quien es libre de tener descendencia o no; es decisión propia y no de quienes viven en su entorno, creyéndose con el derecho de sugerirles un pequeño que alegre a la familia.
Estos consejos se suelen dar pero en retahíla, como si nadie lo hubiera considerado y solamente esperaban que llegara él sabelotodo con tan genial recomendación para ponerse a trabajar y después agradecerle ese asesoramiento que ni es por él y a nadie se les hubiera ocurrido (sarcasmo).
A pesar de que los jóvenes dicen que estos son otros tiempos, los matrimonios siguen y seguirán dando entre la sociedad, ya en menor cantidad, pero nunca desaparecerán de las familias. Aunque sean “otros tiempos”, parte de la gente nunca verá con buenos ojos la unión libre, el juntarse con su pareja, sin decirle esposa o esposo. Si cada cabeza es un mundo, ¿Cuántos mundos nos falta por conocer de cada cabeza?
*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.
*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.