Andar las vías | Las vacaciones de nuestros hijos
“¿Qué niño no hace tiradero en el lugar donde se encuentre?”
Luna Morena*
Nuestros pequeños están disfrutando de sus merecidas vacaciones, así que el orden al interior de nuestras viviendas por muchos días queda descartado.
No es porque el niño lo quiera hacer, sino porque es su forma de distraerse, de sentirse útil. Digamos que para los pequeños es hacer este trabajo todos los días: cada vez más grande, cada vez más pesado; por lo tanto, el tiradero que vemos que hacen diariamente para ellos, no es tiradero, no es basura. Es un trabajo que nuestros chiquillos disfrutan realizar si dejamos de ayudarles, de gritarles y lo hacemos juntos, así ellos dejarán de renegar y de estar a la defensiva y en contra de nosotros, sus papás.
¿Qué niño no hace tiradero en el lugar donde se encuentre? ¿Eso es de un niño normal? Desde luego que no, porque mejor es tener un niño travieso a uno diferente, mejor es tener un niño cirquero a tener un pequeño tranquilo y callado.
Que no nos agoten sus travesuras, sus juegos rudos, pesados e inaguantables; esto apenas es el principio de una vida, al lado de un “amoshito” que nunca pidió venir a tan magullado planeta, a un planeta a punto de perecer en cualquier momento.
Mientras nuestros pequeños juegan hasta el cansancio y nos demuestran quien tiene la sartén por el mango, buscamos un descanso leve y relajante para que nuestras fuerzas se sigan expresando ejerciendo con sus derechos reales y sus respuestas veraces.