Andar las vías | Extrañando a mamá

Andar las vías | Extrañando a mamá

“Con las primeras especies que mamá pusiera en  la  sartén, el aroma a comida se hacía presente…”


LUNA MORENA

Ante la ausencia de mamá, la comida de cuaresma y otras comidas no han vuelto a ser igual, ella se llevó  el sabor, la pulcritud, y el gusto por cocinar a fuego de leña. Mientras cantaba iba desinfectando los productos a preparar ese día. Sabiendo la importancia de la  higiene se esmeraba perfectamente en ese detalle; puesto que no quería ser culpable de las desagradables molestias estomacales en ninguno de sus hijos.

Con las primeras especies que mamá pusiera en  la  sartén, el aroma a comida se hacía presente,  evidenciando que ella estaba cocinando con la seguridad incomparable de maravillar al compañero de vida, y a su descendencia. Sabía que la cantidad a preparar sería mayor a la acostumbrada, porque cuando  preparaba cualquier comida,  la familia repetía la porción, y no era agradable quedar a deber  a nadie esas delicias.

Ella se ha ido, su siclo de vida llegó a su fin, como todo lo que con sus  adiestradas manos cocinaba. A veces pretendo olvidar estas fechas, pero siempre alguna vecina amiga,  me comparte su comida de cuaresma; siendo inevitable recordar aquél sabor tan propio, y tan esencial de sus comidas; desempeñado ese quehacer aun con sus pies y sus cansadas manos, llena de vástagos, de años, y de canas; pero a pesar de eso fuerte, y con un  bendito  ánimo de seguir trajinando por los rincones de su casa de adobe térmico; rincones que guardan su presencia, sus tonadas, sus andares.

Duele en mi recuerdo, en el ángulo más grande de la historia, en las bendiciones que rezaba, en  tantos lugares frecuentados. Falta ella con sus palabras buenas, con sus caricias en la frente  de sus hijos,  con sus anécdotas infantiles tan repetidas,  con su protección tan única, tan especial; transmitiendo fuerza, energía y seguridad entre cada abrazo desprendido.  También en esto estaba la sazón de ella, de mamá  respirando, porque su temperatura era acorde a las estaciones del tiempo, por eso sus brazos siempre sabían, a lo que deben saber.

Después de despedirla,  la  melancolía  se filtró a mi estructura, flexionando  la solidez del mundo mío; de los demás lo ignoro; si bien somos consanguíneos, nuestras diferencias son grandes, y notables, más en tiempo de cuaresma. Que si la capirotada, torrejas, chiles rellenos,  ceviche de lentejas, caldo de pescado molido y  su inventada mingala enriquecida con garbanzos y papitas cambray. Varios de estos antojos ya son de ley, y son clásicos de estas fechas, pero sin dejar de saborearlos  en cualquier momento. Cuando falta mamá nada es igual, ni siquiera en el  recuerdo de sus tantas costumbres aprendidas; como lo era su escrupulosidad, su cantar regional  invitando al silencio  para escuchar mejor. Hoy  en su historia concluida, recuerdo su descanso como si fuera ayer.

Estas fechas de cuaresma tan  procuradas  por nuestras mamás, tienen que ver con la gastronomía mexicana, que aunque a ciertos platillos se les da una mención especial, son disfrutables todo el año, mientras la economía sea suficiente para su compra. A lo largo de los doce meses, existen varias festividades  celebradas en nuestro país, siendo  bien importantes los guisos  preparados para degustarse,  también los ricos postres, u otro antojito que la familia prefiera. Desde los primeros días del año empezamos  con la Rosca De reyes;  toda una diversión  disfrutarla entre grupos de personas  por el premio oculto entre sus rebanadas,  dando pie a los  felices  tamales. Continuamos con el 14 de febrero, luego las ferias…y así hasta finalizar con las posadas y su comilona del 24 de diciembre y año nuevo.  Pura  comida  de tentación,  a la orden de nuestro vivir  comiendo, para que el cuerpo se vaya acomodando lo más cómodo y distinguido que pueda; dejando  lugarcitos para los manjares cuaresmeños, los manjares fríos, los manjares jugosos. Pero siempre extrañando la sazón de mamá. 


*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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