A q u e l a r r e | Nadie se salva; la violencia nos golpea a todos
“La violencia ha escalado todos los niveles, los sectores sociales”
Tanya Ortiz*
A donde quiera que vayamos, nos damos cuenta de que hay muchas personas doliéndose de los golpes que da la violencia: igual madres de familia, hombres trabajadores, jovencitas estudiantes, profesionistas, amas de casa, jóvenes emprendedores… niños, niñas y adolescentes.
Son constantes las fichas de búsqueda de personas desaparecidas. Muchas son de la alerta Alba, que se activa para buscar a niñas y mujeres, y de la alerta Ámber, que es para menores de edad, y con ambas, las instituciones de todo el país implementan un “rápido” y "profundo" operativo de búsqueda, de coordinación inmediata.
"Rápido" y "profundo", porque, por desgracia, las autoridades no siempre responden rápido ni hacen un trabajo profundo que permita la pronta localización de los menores desaparecidos.
Muchos han sido encontrados sin vida y otros tantos incluso, siguen sin aparecer.
La violencia ha escalado todos los niveles, los sectores sociales. Ahora no solo secuestran a personas con suficiente capacidad económica y "levantan" a cualquiera por cantidades ínfimas, muy lejos de los millones que se han llegado a cobrar por empresarios o hijos de éstos.
Los comentarios permean en el aire cuando se sabe sobre el asesinato de una persona: "sabe en qué andaría... a lo mejor andaba con malas compañías... de seguro algo debía... por algo le pasó eso...".
Sin embargo, también hay muchos clamores que aseguran que era gente buena, que no debía nada, que no se metía en problemas, que estuvo en el lugar equivocado. Que simplemente, le tocó.
¿Y los periodistas? La labor propia de informar lo que acontece ha costado la vida a siete de ellos en lo que va del año.
El comunicador es un simple espectador que transmite lo que ve y oye. Cuestiona para ahondar más en el tema, en pro de la verdad, y parece que eso molesta a interesados en ocultarla.
El periodista queda entonces a dos fuegos: acusado por sus lectores, radioescuchas o televidentes, de no brindar información certera y oportuna, de ser cómplice, comparsa de malos funcionarios, y acosado por aquellos que buscan ocultar la verdad a costa de lo que sea, incluso si es a costa de la vida de quienes buscan esa verdad con afán.
Y no hablamos solo de servidores públicos que ostentan poder, sino de personas en general que lo tienen. Que callan conciencias con dinero o amenazas. Que callan pa quienes buscan exponer sus malas conductas con una mordaza mortal.
Pero si hablamos de servidores públicos, en su conjunto el Estado, justo es decir que de lo que es responsable, es de no garantizar el pleno derecho a la libertad de expresión y la libertad de prensa, consagradas en nuestra Carta Magna. En no garantizar protección y seguridad a sus derechos humanos, a su integridad misma.
Que sea el Estado la mano que dispara es una acusación grave, como cuando la compañera Lourdes Maldonado acusó de amenazas al exgobernador de Baja California, y se dijo temerosa de su vida. Finalmente sus temores fueron fundados y murió asesinada, pese al grito de ayuda que lanzó de manera pública, ante el presidente Andrés Manuel López Obrador.
De esta cifra de periodistas asesinatos ya forma parte Zacatecas, con el homicidio de Juan Carlos Muñiz, reportero del portal Testigo Nocturno, que se caracteriza por publicar información oportuna sobre hechos violentos.
Juan Carlos, también conocido como Rigo, o el TX porque trabajaba como taxista para completar un salario que le permitiese mantener más holgadamente a su familia, murió a manos de criminales que le dispararon. Unos como muchos otros que como a Juan, han arrebatado la vida de decenas de personas en Fresnillo y su actuar sigue impune.
La gente exige saber qué sucede en su entorno y no son pocos los señalamientos por no publicar nombres o no explicar por qué los mataron. No podemos faltar al debido proceso. Por "detalles" como publicar nombres de sospechosos, son liberados. Tampoco somos instancia de investigación para informar sobre motivos y fines de los delitos.
Por eso se hace presente, de entrada, la autocensura. El miedo no anda en burro, dice un conocido refrán. Muchas veces pensamos qué necesidad hay de publicar esta información... y nos contestamos que la gente merece estar informada de lo que pasa en su entorno.
Espíritu de servicio, vocación le llaman.
*Politóloga, periodista, abogada. Amante de la Luna, los libros y el preticor.
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.
