A q u e l a r r e | ¿Imposición o iniciativa ciudadana?
¿Realmente fue este un ejercicio democrático emanado de la ciudadanía?
*Tanya Ortiz
En un hecho inédito, los mexicanos participaron ayer de la consulta para la revocación de mandato. Una actividad democrática que nunca se había realizado en el país, con todo y que durante muchos años, partidos y personajes políticos se habían pronunciado por algo similar, pero nadie dijo “esta boca es mía”.
Los mexicanos tuvieron la oportunidad de manifestar si consideraban que el presidente Andrés Manuel López Obrador había perdido la confianza y por ello debía dejar el cargo, o que continuara. Pero el desinterés fue la respuesta de los electores.
De un padrón de 92 millones 823 mil 216 personas que podrían haber votado, y se estima que se emitieron 17 millones de sufragios. Una cantidad con una diferencia abismal de los casi 38 millones de votos que se requieren, es decir, el 40% del total del padrón, para que esta consulta sea válida.
Lo veo muy complicado. La difusión de la encuesta se polarizó entre los sectores de la sociedad, como se ha polarizado desde que el presidente se postuló por tercera ocasión como candidato a presidente de la República: o son fifís o son chairos.
En la encuesta estaban los que defendieron a ultranza esta actividad democrática, pero también los que manifestaron que ni necesidad había de que se hiciera. Los más, ahora vemos, hicieron contracampaña para que la gente no acudiera a las urnas.
Pero, ¿realmente fue este un ejercicio democrático emanado de la ciudadanía?
La propuesta fue de López Obrador y no es la primera. Cuando fue jefe del Gobierno del Distrito Federal también lo propuso. Siempre ha tenido en la mira la participación ciudadana para la toma de decisiones de interés colectivo.
Se entiende que se requieren las facilidades de las instituciones para que algo como esto se pueda realizar, pero también se entiende que por iniciativa ciudadana, difícilmente podría progresar. Lo vimos con esta encuesta y todo el camino que tuvo que recorrer para que los poderes Judicial y Legislativo también la avalaran.
Luego, la definición de un presupuesto con que se pudiera cubrir toda la operación de la encuesta y no solo lo que se alcance. Las opiniones polarizadas a favor y en contra del INE no ayudaron mucho a la credibilidad de la actividad.
De los 3 mil 830.4 millones de pesos que dijo el INE que necesitaba, quedó en poco menos de la mitad. Cada casilla tuvo un costo de casi 30 mil pesos por toda la estructura y operación que debió realizarse, por eso el INE desde un principio justificó que no se podrían instalar casillas en todos los municipios del país ni todas las localidades donde en otros procesos electorales se hace.
Ese fue otro motivo por el que se registró una baja participación. Realmente a la gente no le interesa trasladarse de un municipio a otro para ir a votar. En Zacatecas, 10 municipios se quedaron sin casilla, así que no todos los electores de esos municipios podrían ir; además, solo hubo cuatro casillas especiales, a las que tampoco pudo acudir la gente que no estaba en su localidad.
Por otro lado, las incidencias marcaron otra pauta: los electores que hicieron trámites para renovar la credencial, pero al último no fueron a recogerla, tampoco pudieron votar, aunque hayan querido.
Al final de cuentas, estos cientos de millones de pesos invertidos en la consulta nos han servido para ver que como pueblo no estamos preparados para participar en acciones como ésta porque nos falta cultura ciudadana y que la poca credibilidad en las instituciones no es de a gratis.
*Politóloga, periodista y abogada. Amante de la Luna, los libros y el preticor.
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