A q u e l a r r e | El poder de la mujer, creciendo a marchas forzadas

A q u e l a r r e | El poder de la mujer, creciendo a marchas forzadas

La mujer ha crecido a pasos agigantados, pero ha sido de manera obligada porque hemos tenido que pelear por ello.

 

Tanya Ortiz*

Durante poco más de 10 años, Blanca ha vivido junto al hombre que ama. Se dice feliz, pero cuando me lo contó, enseguida vino un suspiro que más que alegría y felicidad denotó tristeza y resignación.

Jura y perjura que su marido es bueno y las veces que la ha golpeado es porque “el alcohol lo transforma”.

La pregunta me viene en automático y le pregunto cada cuándo consume alcohol, como para darme una idea de qué tan espaciadas son esas transformaciones en las que la agrede y pone en riesgo a sus dos hijos: “pues por lo regular cada fin de semana, pero toma poquito”.

Me quedé sin palabras. Luego viene otra explicación y una nueva justificación: “pero así ha sido siempre, ya tengo poco más de 10 años viviendo esto”. Un día antes, su esposo la había golpeado, destruyó su celular y se llevó por la fuerza a su pequeño de 2 años.

La angustia de imaginar lo que le diría o haría si lo acusaba con la policía, fue más fuerte que saber el riesgo en que estaba su hijo, pese a saberlo ebrio y fuera de sí, conduciendo un vehículo.

Prefirió esperar a que volviera o al menos se reportara con ella. A que regresara al niño con bien Y no les pasara nada a ninguno de los dos.

Aunque ha pensado muchas veces en separarse de él, no se ha atrevido porque está segura de que la ama y quiere lo mejor para ella y los niños, “solo son malos ratos de que pasamos por culpa del alcohol” vuelve a justificarlo.

Además, no tiene la independencia económica que necesita para salir adelante sola con los niños, pues no quiere pedirle ayuda a su familia y retomar el camino hacia la paz mental que necesita, aunque no lo acepte.

De eso sabe bien Martha, quien ve en Blanca a un espejo, pero años atrás, cuando estaba en las mismas circunstancias: sin ingresos fijos propios suficientes para irse, permitiendo vejaciones y humillaciones, y permitiendo que sus hijos y ella misma estuvieran en constante riesgo cuando su marido “se ponía como loco”.

A escondidas comenzó a vender productos por catálogo y una vecina le recogía los pedidos para que su esposo no se diera cuenta. Poco a poco se sintió con más confianza hasta que un día simplemente se fue con lo que traía puesto, agarró a sus hijos y no volvió la cara atrás.

El apoyo de una amiga fue fundamental, pero tomada la decisión se impuso no dar marcha atrás, pues después de tantos años ya le quedaba claro que su marido podría estar muy arrepentido, pero no tenía intenciones de cambiar.

Ella sí y luchó por empoderarse. Hoy es madre de dos jóvenes de licenciatura y ella anda muy metida en cuestiones políticas, en especifico en el partido Morena, donde al principio sentía que solo la utilizaban para arrimar gente, pues los espacios de poder “siempre se los dan a los hombres”.

Pero ahora que el partido ha definido que la dirigencia estatal será encabezada por una mujer, le da gusto que otras mujeres como ella, aguerridas y participativas, tengan la posibilidad de obtener un espacio por propio mérito “y no ser opacada por hombres que muchas veces ni hacen nada y saludan con sombrero ajeno”.

Además, recuerda que en las elecciones pasadas todos los partidos se vieron obligados a incluir mujeres en sus planillas, aunque fuera de suplentes a regidor, lo que también les abrió la puerta para asegurar su participación en distintos puestos.

El poder de la mujer ha crecido a pasos agigantados, pero ha sido a marchas forzadas porque hemos tenido que pelear por ello.

En Zacatecas falta ver a una gobernadora. Ya hemos tenido diputadas locales y federales, y senadoras. En México ya se han postulado mujeres. Tal vez en un futuro no muy lejano se abra el espacio para una y la mujer en general deje de sentir que su poder crece a marchas forzadas.

 

*Politóloga, periodista y abogada. Amante de la lluvia, la música y el petricor.

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

 

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