11 de la mañana | Sociedad: La Nochebuena y Navidad son para todos

Iván Saúl Jiménez Hernández*

Estamos a casi ocho días de festejar la Nochebuena y la cena y regalos de Navidad. Tal vez ya nos imaginamos con nuestra mejor ropa para lucir nuestras mejores prendas, sentados en la mesa junto con nuestras familias; el pavo, los romeritos, la pierna, el ponche los tamalitos, y por qué no una que otra bebida que nos quite el frío y el mal sabor de la vida.

Tal vez suena muy repetitivo, pero es tiempo de dar, no solo de compra obsequios con adornos color rojo y oro, si no dar tiempo de calidad, dar tiempo para escuchar alguna charla interesante y no solo el valor de los terrenos y el nombre del notario que se contrató para registrar las propiedades. A veces el dar cuesta, no solo el valor económico, sino que hacemos que surja el egoísmo que llevamos dentro, y aún así nos preguntamos si vale la pena dar.

Días pasados, antes que nos llegara el aguinaldo que la fuerza laboral anhela con gran entusiasmo, pude observar una situación de calle, donde dos mujeres que en Centro Histórico de Zacatecas, se encontraban alimentado en una de las banquetas principales a por lo menos seis niños que compartían la tortilla y un poco de aguacate. La impresión fue tal que uno de mis amigos y yo, decidimos compartir ese día nuestro presupuesto en regalarles un pollo rostizado (sÍ, nuevamente la palabra “pollo” en mi cabeza, para quien no conozca esa anécdota, los invito a leer mi libro “Yo soy, el que Soy”).

Fue así que ver la necesidad de otros, nos hizo despojarnos de lo que tenemos materialmente teníamos ese día, mucho o poco, nuestro presupuesto salió de lo planeado, y aun así, compartimos la comida, y combatimos el hambre. No nos esperemos a que el gobierno lance otro programa que se llame “combate a la pobreza”, cada uno de nosotros en esta y todo el año podemos disminuir por lo menos algunos días dicho problema.

Esta temporada (antes y después de recibir aguinaldo) existe un mover materialista, y una compra excesiva de obsequios que finalmente se queda en nuestra colección de tazas, termos, y obsequios que finalmente satisfacen por corto tiempo, y después solo quedan en el recuerdo o caen en desuso; es por eso que creemos que estas fechas debemos de dar, y no solo eso impactar a las personas que se alegran en recibir.

No quiere decir que vamos a dar, todo lo material que tenemos, si no que hay diversas formas de dar, que tal vez algunas personas tienen necesidad de ello, por ejemplo alguna palabra de aliento, o tal vez, requieran que los invites a tu casa a tomar una “canelita” (así le decía mi abuela a los ponches) que le haga sentirse en compañía, o simplemente que le escuches en este tiempo donde pareciera que ya nadie escucha, y solo el móvil tiene toda la atención.

Dar es un don, no todas las personas lo tienen, y no solo es sentido material, el dar tiene mayor impacto, cuando está acompañado de la mejor intención y sin esperar nada a cambio. Dar es compartir, y el compartir es despojarse de lo que tenemos para que otros puedan saberse amados.

La Navidad es para todos, el dar debería de ser también para todos. Aprovechemos el tiempo que se acerca en los próximos días, y no solo demos a los que están cerca, aprovechemos la oportunidad de dar felicidad a los que menos tienen, y que esta Nochebuena y Navidad, sea en abundancia y en paz.

No se olviden de dar al más necesitado en esta Navidad, verán que es una gran satisfacción hacerlo.

¡Hasta la siguiente! A las once de la mañana.

*Servidor Público, Docente e Investigador Organizacional.

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