11 de la mañana | Próximamente: Día del Maestro (entre buenos y malos)
“El aprendizaje no sólo proviene de las experiencias buenas en el aula, también proviene de aquellas experiencias de maestros y maestras que no tienen vocación”
Iván Saúl Jiménez Hernández
Posterior al festejo del Día del Trabajo y el Día de las Madres, se acerca el festejo del Día de las Maestras y los Maestros, el cual finalmente va encaminado a homenajear a aquellas personas que finalmente nos dieron formación, carácter, pero sobre todo, enseñanzas que en casa no se aprenden.
Desde los buenos maestros y maestras, hasta los que con falta de ética y vocación, se les festejará este próximo 15 de mayo como parte de recordar la enseñanza y el fervor por compartir el conocimiento a aquellos que aún no lo tienen. Siendo esta fecha conmemorativa, una de las fechas que no deben dejarse a un lado para ser festejados y honrados.
En este sentido, cuando hablamos del Día de las Maestras y Maestros, nuestro primer pensamiento nos hace recordar a las educadoras que más aportaron a nuestra educación en el aula. Recordamos aquellos momentos que vivimos desde el preescolar, con las maestras que nos trataban bonito y nos mostraban afecto, y sobre todo nos tenían mucha paciencia, por ser parte de nuestros primeros pasos; así como las vivencias de preescolar donde la naturaleza de socializar comienza a activarse. Dedico este buen recuerdo al Jardín de niños “Francisco Goitia” del municipio de Fresnillo.
El aprendizaje no sólo proviene de las experiencias buenas en el aula, también proviene de aquellas experiencias de maestros y maestras que no tienen vocación. Recalco la frase anterior, considerando que como bien dice el apóstol: “todas las cosas nos sirven a bien para los que amamos a Dios”; indudablemente pareciera ser así, ya que en este día también debemos recordar a aquellas o aquellos pseudo maestros que por azares del destino, se cruzaron en nuestra vida, tratando de complicar la vida de sus estudiantes.
Recordar es volver a vivir, dicen por ahí, pero comparto en esta opinión la experiencia con dichos pseudo maestros o maestras, que se presentaron desde el tercero de primaria, trayendo como ejemplo la imagen de la maestra que portaba consigo un peine tamaño “payaso” el cual, en vez de regla, portaba con altanería para controlar al grupo, y aunque no lo usaba para peinar a alguno de sus alumnos que para clase no se peinó, si lo traía consigo para castigar pegando en las manos a las y a los niños que no acataran sus órdenes o no hicieran lo que ella les requería.
En el mismo nivel, nos podríamos encontrar con la maestra, que al principio trataba bien a los alumnos, diciendo que eran excelentes y muy cumplidos, y por una broma infantil, ella le negó la entrada a clase a un niño de cuarto año de primaria; y no solo eso, le hizo la ley del hielo, dándole la espalda, hasta el día de hoy. Esto pareciera terapia, pero igual los lectores pudieran identificarse, si es así, les compartiré datos de mi psicólogo.
El nivel de la secundaria, no puede ser excepción, desde la maestra que obligaba al alumno a llevar a su casa los exámenes contestados del grupo para que él mismo los revisara y los calificara y eso sería un pase que podría servir para obtener buena calificación. Por algo se dice que todas las cosas nos sirven para bien, ese fue el primer acercamiento para que en su servidor surgiera la vocación para aplicar y calificar exámenes. Saludos a mis alumnos y alumnas.
Aunque en lo personal, no podría considerarla dentro de la clasificación de los malos maestros, aquella profesora de historia del nivel de secundaria, sí que dejaba bastante tarea, a tal grado que la exagerada dedicación que había en mí, llevó a estar terminando un cuestionario de cien preguntas con su respuestas, la noche en que mi hermana mayor se casó; así es la fiesta estuvo llena de todos sucesos pero el más intrigante fue el de “Saulín” haciendo tarea en plena fiesta.
Para no volver esto un poema de desprecio y transformarlo en un libreto de la Rosa de Guadalupe, no puedo dejar de compartir el tan marcado hostigamiento educativo que se vive al día de hoy en las Universidades, donde los egos de los pseudo maestros se hacen notar y trastornan el sentido de la educación y sobre todo de la transferencia del conocimiento. Podríamos hacer notar a aquellos maestros que utilizando el poder que les otorga el sindicato y su propio narcisismo, insisten en desequilibrar al alumno haciendo comentarios racistas y discriminatorios.
Finalmente creo que esta opinión si pudiera ser el inicio para un libreto de “Historias engarzadas”, o tal vez “Lo que dice el dicho”; lo que sí es una verdad es que como lo mencioné en un principio, cuando festejamos el día de los maestros y maestras, no solo recordemos a esos que nos aportaron y nos formaron con las actitudes y vocación, sino que también recordemos a aquellos pseudo maestros que siguen dando clase en las mismas aulas, y que finalmente su mala educación, nos permite aprender de lo que no debemos ser.
