11 de la mañana | El séptimo arte: el niño y la garza

11 de la mañana | El séptimo arte: el niño y la garza

“… tenemos la oportunidad de realizar actividades que nos saquen de la rutina”

 

Iván Saúl Jiménez Hernández*

Esta temporada además de disfrutar el descanso, comer y beber con la familia, tenemos la oportunidad de realizar actividades que nos saquen de la rutina. Una de esas actividades que son recomendadas para aquellos que buscamos un tiempo de esparcimiento y comodidad, puede encontrarse en el séptimo arte y su pantalla grande.

Si bien, la zona conurbada de Zacatecas-Guadalupe, solo cuenta con dos cinemas y una cineteca, este mes debemos aprovechar y visitar alguno de su preferencia, y si deciden hacerlo en compañía o solos; y no deciden si ver entre “Aquaman 2” o “El niño y la garza”, esta última opción es la que les recomendamos ampliamente.

Con una historia que se remonta en el tiempo de la segunda guerra mundial y la muerte de la madre del personaje principal llamado Mahito, “El niño y la garza” es una obra más realizada por el director japonés Miyazaki, que con el estudio Ghibli, la cual nos permite transportarnos a otros mundos que si bien, parecieran sueños o tal vez realidades alternas, es una historia que desde que inicia nos toma de la mano y nos lleva a disfrutar cada elemento artístico plasmado.

Aunque  “El increíble Castillo Vagabundo” me pareció una historia llena de cambios e intensidades artísticas y hasta un cálcifer que estaba atado a Howl por un contrato; o por otro esa imagen donde por su avaricia los padres de Chihiro se convierten en cerdos en su viaje; “El niño y la garza” viene a aportar una gran historia de reencuentro personal y familiar, de realidades alternas y sobre todo de la necesidad de mantener un equilibrio, donde Mahito tiene la oportunidad de conocer a sus antecesores, y si, decidir o no sobre su responsabilidad de continuar con la cultura familiar.

Con una duración de 123 minutos, Miyazaki y estudios Ghibli, nos trasporta a otras dimensiones que incluyen paisajes, puertas (muchas puertas), aves humanizadas, tótems de humanos, piedras vivas, fuego, agua, tierra y aire; por eso es que vale la pena pagar la entrada en el cine de su preferencia para deleitarse de esta obra de arte japonesa.

Bien, ya hablamos un poco de Mahito, un adolescente que vive el duelo por la pérdida de su madre e incluye en el proceso la resiliencia, todo por medio del apoyo de su familia; pero ¿Qué de la garza?, un personaje secundario, que al principio nos demuestra la importancia del simbolismo de pureza, que tienen los japoneses hacia estas aves, y posteriormente se muestra la transición (una muy grotesca pero interesante) y la conexión con el mundo espiritual, el cual pareciera que finalmente es el papel de este personaje dual y en cierta manera molesto para Mahito.

Para esta opinión podría hacer casi un ensayo de esta maravillosa obra de arte, sin embargo, no pretendemos spoilear. Lo que sí es importante compartir es que Miyazaki lo hizo otra vez, aun con su obra “Ponyo y el secreto de la sirenita” donde vemos transiciones grotescas de los personajes, “El niño y la garza” les va a sorprender.

Finalmente, les invito a que estemos muy atentos en la cartelera de los cines comerciales con los que contamos en la ciudad, y que tomen tiempo para que no se pierdan esta obra maestra en la pantalla grade; además manténgase informados de la cartelera que ofrece la Cineteca Zacatecas, ya que se proyectan películas del séptimo arte, como de la que el día de hoy ha tratado esta opinión.

Espero leer sus comentarios y aportaciones, también críticas y desacuerdos. Nos leemos en la próxima, a las once de la mañana.

 

Servidor Público, Docente e Investigador Organizacional.

Correo electrónico: ivansaul9@gmail.com

Facebook: Iván Jiménez


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