NUESTRA GENTE: RUBÉN SE ENFRENTA A LA VIDA A PESAR DE LAS ADVERSIDADES
Texto y fotos: Rafael de Santiago
ZACATECAS, ZAC.- A Rubén le cambio la vida en tres segundos mientras trabajaba como despachador de gasolina en una estación llamada La Villita. El pasado 28 de agosto de 2020 alrededor de las 11 de la noche durante un asalto recibió una bala en la espalda, y a partir de ese suceso, paso de tener un empleo a perder su movilidad de la cintura hacia abajo y a superar varios obstáculos para poder subsistir y mantener a su familia.
La bala lesionó la medula espinal, el diagnostico fue que no podría volver a caminar y que tendría que usar silla de ruedas. Su salida no fue inmediata, duro seis meses postrado a una cama de hospital utilizando pañal los siete días de la semana.
Cuando se le dio de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss), se le solicitó que regresara a trabajar, sin embargo, al ver que Rubén regresaba en silla de ruedas, se le dijo que no se le podía admitir nuevamente porque no tiene las condiciones físicas para volver a su anterior cargo, y porque no tiene conocimientos para desempeñar otra labor.
Al inicio se le apoyo con la cama hospitalaria y colchones, así como con la primera silla de ruedas, un apoyo económico y gasolina para que pudiera trasladarse a realizar los trámites correspondientes.
También le pagaron tres semanas de sueldo, se le brindó un apoyo que reunieron las empresas gasolineras que fue con lo que se atendió los primeros meses, debido a la contingencia tuvo que acudir a servicio médico particular porque se dejo de dar atención en el Imss debido a l pandemia por Covid-19.
Su esposa se dedico a elaborar gelatinas para mantener a los cinco integrantes de su familia, debido a que el trámite de una pensión mensual de 2 mil 500 pesos que recibirá durante dos años, y, los cuales no son suficientes, inicio el pasado mes de febrero.
Esta actividad le ayuda a no caer en depresión, pues Rubén considera que no está aportando económicamente a su hogar, sino que al contrario, ahora debe depender e su apoyo para salir adelante.
“Para mí fue una decisión injusta porque quede invalido por exponerme en ese empleo, del conocimiento, nadie nace aprendiendo, pero se puede aprender. Dice la empresa que esta moralmente comprometida con los zacatecanos”, dice Rubén.
Y agrega que: “Pues yo soy Rubén Martínez, un zacatecano que tengo una discapacidad neuromotora producida de un asalto con arma de fuego desempeñando mis labores enfrente del dispensario de su gasolinera”.
Cuenta que fue difícil acostumbrarse a las vibraciones de las sillas de ruedas, lo que le causa dolor, también soportaba cerca de 30 minutos sentado, y mientras su esposa salía a vender gelatinas, se quedaba cuidando a sus hijas, las cuales lo impulsaron a seguir adelante.
Poco a poco fue saliendo, primero empezó en su calle, luego en su colonia por tramos más largos, posteriormente se fue al edificio de la presidencia de Guadalupe, luego a un centro comercial, del cual tuvo que retirarse porque le dijeron que era un espacio privado.
Después vendió en Mariscos Marlín en Plaza Bicentenario, “En un principio estuvieron apoyándome igual que mis parientes, pero después de un tiempo me hicieron a un lado como un estorbo al igual que la empresa, en esto solo estamos mi esposa mis hijos y yo y varías personas que han estado al pendiente de nosotros”, dice Rubén.
Actualmente recorre las calles del centro historico acompañado de su hijo vendiendo rompopes, paletas y chocolates para sostener a su familia.