NECESITAMOS UNA ESTRATEGIA INTEGRA, NO PARCIAL EN SEGURIDAD: OBISPO DE ZACATECAS
Texto y foto: Gabriel Rodríguez
ZACTECAS, ZAC.- ZACATECAS, ZAC.- El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, lamentó que no se aprecien cambios en la estrategia de seguridad, “no veo yo cambio en de estrategia, la misma del Gobierno Federal, y nos estamos desangrando”.
El prelado reconoció que hay esfuerzos y acciones, “es innegable, pero lo primero es lo primero y el problema prioritario es que en este momento no estamos todavía en condiciones de salir con libertad, con seguridad, y hace falta”.
“Necesitamos una estrategia íntegra, no parcial”, expresó el obispo al tiempo de destacar que la colaboración entre instituciones y sectores, y que haya escuela para padres, “todo eso adelante, pero falta algo y a mi forma de ver, hay que pensar también en ello”.
Consideró que hay acciones, pero están todavía dispersas: “la situación que vivimos, casi la misma gente se ha dado el toque de queda. Desde muy temprano ya no hay gente en las calles”.
“Eso nos está diciendo que tenemos que trabajar en todo aquello en lo que estamos rebasados. Tenemos que contener, no he oído mucho acerca de eso y eso compete a las autoridades, porque la autoridad pública es la que tiene la legitimidad en el uso de la fuerza que hay que aplicar”, sostuvo el religioso.
Noriega Barceló también celebró la manifestación de este domingo, en la que miles de personas marcharon en la CDMX y prácticamente todo el país para rechazar el llamado Plan B de la reforma al Instituto Nacional Electoral: “qué bueno que defienda lo que tanto tocó construir, que son los medios para vivir en democracia”.
Consideró que el Plan B, “a todas luces es inconstitucional y la Corte tiene que manifestarse y por ese medio sabremos por dónde va el país”, subrayó.
Comunidades en peligro
Sobre los problemas prevalecientes en Jerez y la realización o no de sus fiestas, indicó que la situación es aún de miedo incluso cuando la gente ha regresado a vivir poco a poco a ese tipo de lugares, “pues prevalece en ellos el miedo a ser atacados”.
Sin embargo, dijo que se tiene escasa información de otras comunidades en las que dio inicio el conflicto como Sarabia y Santa Rosa, ubicadas en la sierra.
“Ahí habría ciertos signos de que algunos vuelven por necesidad, pero no podemos decir que el peligro concluyó, hecho que no se debe desatender; algunos sacerdotes asisten a ciertas comunidades, pero en muchas de ellas ya no hay gente”.
Indicó que muchos de los desplazados viven desesperados porque tienen que pagar alquileres, los que cada vez son más caros y por lo que habrán de terminar sus ahorros, pese a lo cual “algo se comienza a hacer para que muchos de ellos no se sientan desplazados de sus lugares de origen ni en los lugares a los que llegan a vivir”.
Cierto es que en algunos de esos puntos hay seguridad y rondines, dijo, pero se trata de puntos en los que la seguridad depende de las fuerzas armadas, “que vienen y van”.