LLEVO 39 AÑOS EN AA: EMILIO

LLEVO 39 AÑOS EN AA: EMILIO

Texto y foto: Gabriel Rodríguez

ZACATECAS, ZAC.- Emilio, por citarlo de alguna manera, porque ese no es su nombre real, milita desde hace 39 años en grupos de Alcohólicos Anónimos.

Su vida como bebedor dio inicio poco después de que su primera esposa muriera; cuatro décadas después afirma que “no ha vuelto a probar una sola copa, es más, ni una sola gota y que no confía ni siquiera en los padrinos de AA sino solamente en Dios”.

El militante destacó en entrevista que él llegó muy enfermo a los alcohólicos, en 1983, cuando tenía 46 de vida porque “yo era alcohólico de todos los días y a todas horas pues no podía aguantar el dolor de haber enviudado y cuando me acordaba volvía a beber de nuevo”.

Dijo que sus causas, como muchas otras, se hallaban en el dolor y el sufrimiento, “por lo que duré cuatro años así, luego de la muerte de mi mujer, quien me dejó con una niña de 15 días y un chiquillo de tres años, hechos que no podía comprender”.

“Nomás me ponía a rezar y a beber cerveza tras cerveza pero me puse a trabajar y encontré una novia con la que me casé aunque a los siete días de matrimonio volví a beber”.

El ahora especialista en los planes y programas de salvación espiritual de AA indica que tiempo después comprendió que guardaba muchos rencores con su padre, “quien cuando bebía quería matar a mi madre, lo que siempre guardé en la memoria”.

Emilio afirma que traía atorada la conmiseración y el resentimiento en grandes cantidades, “dos hechos que atesoraba en el alma y que me hicieron mucho daño”.

De ello, jura no haberse dado cuenta por todo lo que cargaba encima sino hasta que, con 46 años cumplidos, se percató de que necesitaba ayuda, la ayuda del AA pero, sobre todo, de un ser superior.

“Llevo así 39 años en donde por medio de la terapias de AA he podido sacar todo lo que traía adentro, lo que ha sido como un vomitivo constante que, al paso del tiempo, me ha permitido sacar lo sucio que traía en el alma”.

Bajo esa recurrencia constante de catarsis, Emilio considera que a lo largo de esas casi cuatro décadas es como pudo entender todos sus errores del pasado para no volverlos a repetir jamás.

Indicó que una de las fases de AA es la autoderrota porque “necesitaba yo la ayuda de Dios pues mi vida era un desastre por la mariguana, el alcohol y el cigarro, que me llevó a entender que si no hubiera sido por el creador, no habría podido salvarme sino que entendí que Dios anda conmigo aun cuando nosotros optemos por el libre albedrío”.

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