LA MÚSICA CLÁSICA LO ENSEÑÓ A AMAR LA VIDA
Texto y fotos: Gabriel Rodríguez
ZACATECAS, ZAC.- José Manuel Delgadillo, profesor de canto y maestro de coros, director de orquesta y cantante honra a la música clásica en y desde Zacatecas.
Desde muy niño, el maestro Delgadillo, también conocido en los mundos del canto como el “Fa” por alcanzar ese tono sumamente grave o bajo de la escala musical quiso ser cantante.
Pero lo que llama la atención es el hecho de que al paso del tiempo se dio cuenta de que lo suyo era más que nada la enseñanza de la música coral.
En su momento fue alumno de varios maestros del Centro de Estudios Musicales (CEM), ubicado entonces en los altos del pasaje Allende-Genaro Codina “ahí donde siempre huele a tortas de chorizo”.
En ese centro musical recibió las bases de su enseñanza en solfeo y armonía, donde fue alumno de Luis Félix Serrano, Héctor Mora de Lira y más tarde de la cantante cubana Ninón Lima en la recientemente establecida Unidad Académica o Escuela de Música (1992) de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
En entrevista reciente, el cantante señaló que hace poco debió operarse un riñón que se hallaba afectado por un tumor, que le dejó sumamente abatido y de lo cual se repone en este momento.
Delgadillo dejó en claro que siempre quiso ser cantante para llegar a dirigir un coro en Zacatecas, como en el caso del Coral Convivio de la UAZ, de la cual durante muchos años fue su director.
“He cantado algunos de los roles principales de diversas óperas en Zacatecas, como en el caso de Rigoletto, que me apasiona y que me demandó mucha entrega para realizarlo”.
No es la única ópera que ha cantado, sino que también lo ha hecho en Payasos, Flauta Mágica, Cavallería Rusticana y otras.
Sus actuaciones al frente de varias orquestas, como la Filarmónica del estado, lo posicionan en uno de los niveles técnicos más altos a causa de su entregada ejecución.
Delgadillo afirma que una de sus inclinaciones se debió a que desde muy niño escuchó cantar a diversos solistas en la entonces Feria de Zacatecas, cuyo escenario se hallaba en la parte trasera de la actual Escuela Normal Ávila Camacho.
“Desde entonces sentí esa inclinación al canto pero creí que lo requería porque, a diferencia de esos solistas, que no sabían leer partituras, yo sí quería recibir una enseñanza completa y global desde el solfeo, la armonía y el contrapunto”.
Con tristeza, José Manuel Delgadillo refirió que hace algunos años cantó la parte solista del Requiem Alemán de Brahms, justo en aquellos versículos bíblicos donde el texto clama a la vida más allá de la muerte.
“Acababa de morir mi madre, me sentía despedazado pero esa música me enseñó a amar más la vida”.