ESTUDIAN A LA INTEMPERIE ALUMNOS DE TELESECUNDARIA
TANYA ORTIZ
MEZQUITAL DEL ORO, ZAC.- En la Escuela Telesecundaria Octavio Paz, ubicada en la comunidad El Tanque, Mezquital del Oro, los 20 jóvenes inscritos para el presente ciclo escolar estudian a la intemperie, puesto que no tienen ni un salón para realizar sus actividades académicas y se está a la espera de que se incorporen otros cuatro, cuyos padres están valorando inscribirlos dadas las condiciones en que se brinda el servicio.
Este plantel, que solo lo tiene de nombre porque no tiene infraestructura física en qué albergar a los jóvenes, tiene una antigüedad de 10 años y sus alumnos son de entre 12 y 15 años.
Desde su puesta en marcha, no ha tenido instalaciones propias y durante algún tiempo se usó un aula de la primaria unitaria del lugar, donde comparten la cancha techada y los baños, o una bodega que comenzó a llenarse de objetos diversos y a gotearse.
El único maestro que atiende, además de impartirles clases, es el director, psicólogo, administrativo y hasta chofer, porque traslada en su propio vehículo a alrededor de 15 jóvenes a quienes recoge en el camino desde su casa en Trinidad García de la Cadena, hasta El Tanque.
“NO SE LES PUEDE NEGAR EL SERVICIO”: DOCENTE
La comunidad El Tanque, ubicada en el municipio Mezquital del Oro, está a unos 10 minutos de la cabecera municipal con dirección al Este, y para llegar se hacen alrededor de una hora desde Juchipila y unos 40 minutos de Moyahua.
El maestro Miguel Ortiz González, tiene 8 años de dar clases en este plantel, de los 32 años que tiene de servicio en el sistema educativo, tiempo en el que, asegura, no había padecido una situación como esta de tener una escuela, sin que haya escuela.
Es originario de la comunidad San Miguel, en Santa María de la Paz, y empezó en el nivel primaria en la localidad Las Higueras, de Trinidad García de la Cadena, donde estuvo 10 años; luego se fue a Florencia de Benito Juárez a una secundaria federal, para ejercer la especialidad en Ciencias Naturales que estudió en la Normal Superior de Jalisco pero, lamenta, no le dieron la oportunidad de laborar esa área.
Posteriormente surgió la oportunidad de trabajar en telesecundarias y aceptó. Su primer ciclo escolar fue en la comunidad Hacienda Vieja, que entonces pertenecía a Teúl de González Ortega y ahora es de Santa María de la Paz, que se la quedó luego de convertirse en municipio.
Regresó a El Malacate, en Mezquital del Oro, donde estuvo 10 años, pero se redujo el número de alumnos, pues se atendían hasta 15 alumnos entre dos maestros.
“Esta localidad tiene tradición migrante y los jóvenes comenzaron a irse, nos quedamos sin estudiantes”, expresó; en la actualidad, comenta, esa escuela sigue en funcionamiento, pero con un solo maestro que da clases a muy pocos alumnos.
Ahora, en El Tanque, comenzó a dar clases en una bodega de primaria, pero se vieron obligados a dejar ese lugar habilitado en una parte como salón, porque la primaria comenzó a meter más cosas, cuál uso de bodega, “y además el techo está en malas condiciones, no es apto para tener ahí a los jóvenes”.
En un momento dado, el número de alumnos en la primaria se redujo y se desocupó un salón, por lo que les prestaron ese lugar; posteriormente regresó un jefe de Región y lo convirtieron en un videocentro.
“Y los que salieron perdiendo fueron los de telesecundaria, que se quedaron a la intemperie, ya sin poder usar la bodega ni el salón”.
Actualmente el maestro les imparte clases a un costado del salón, a la intemperie o bajo el techo de la cancha “o a la sombra del árbol, según las condiciones climatológicas, y cargo con mi pintarrón”.
“Yo no puedo negarle el servicio a nadie, lo que sí les niego es una escuela porque no la tenemos. Hay condiciones difíciles para brindarles clases”, expresó el docente.
UN SOLO MAESTRO PARA TODO
En este plantel están inscritos alumnos de la cabecera municipal y de otras localidades cercanas, como Huerta Grande, La Nona, Los Magueyes y Rancho Nuevo, porque es una escuela de captación pero es atendida solo por el maestro Miguel. No hay personal administrativo ni de intendencia.
“Nosotros somos el director, el intendente, el maestro y hasta el doctor, de todo le hacemos; ahorita soy hasta el transporte de los alumnos, con tal de que los jóvenes vengan a la escuela, arriesgándonos a que algo pueda pasar, pero es la necesidad del servicio”.
Lo idóneo sería que se asigne un pequeño terreno de la primaria para que ahí se pudiera construir un espacio para la telesecundaria, tema que está hablado con los padres de familia, porque es un ejido, pero el predio está en poder de la escuela.
“Ojalá las autoridades estatales, vinieran a ver, que se dieran una vueltecita para que vean cómo trabajamos”, invitó el maestro.
Iniciado el ciclo escolar, los jóvenes se sientan a la sombra del domo o de un árbol, “porque sí tenemos algunas bancas, pero si llueve o hace viento nos vamos a la cancha a resguardarse. Tengo un pintarrón, pero no las condiciones para colgarlo”.
El maestro vive en la cabecera municipal de Trinidad García de la Cadena, aproximadamente una hora, va y viene diario para cumplir con sus clases de 8 de la mañana a las 2 de la tarde.
Durante la pandemia, asistía dos días a la semana a dar clases presenciales para reunirse con los jóvenes y dejarles trabajo porque la señal de telefonía es inestable. Los otros tres días hacían trabajo desde casa, pero la mayoría se lo entregaban en físico, porque la conectividad es complicada en la zona.
Recordó que hace apenas alrededor de dos meses que pusieron Internet para la primaria, “por eso estamos en el plantel, donde compartimos hasta los baños con los niños y eso no está bien. No es lo adecuado”.
SE ACERCA LA JUBILACIÓN
Con 32 años de labor docente, para el maestro Miguel se acerca la jubilación, pero los padres de familia de sus alumnos no quieren que se vaya porque sienten que se quedarán sin maestro, sin transporte y sin apoyo.
Él viaja en una camioneta pickup para llevar a los muchachos desde la comunidad Huerta Grande hasta La Nona, en un camino de brecha que tiene huella de cemento, y se trae a 15.
Hay otros alumnos a quienes los lleva desde la cabecera municipal alguno de los dos maestros de la primaria; cada uno de estos profesores atiende a tres grupos.
Para tratar de conseguir que se construya al menos un salón, entre padres de familia y el maestro han enviado solicitudes hasta a México, directamente con la entonces secretaria de Educación Delfina Gómez, pero no han tenido respuesta, “los padres de familia están dispuestos a participar, a colaborar en lo que sea necesario”.
Recordó que incluso una familia ofreció una casa para que ahí se dieran las clases, pero el inmueble está en otra comunidad y sería más complicado para todos trasladarse hasta allá, además de que no tiene baño, así que al final no fue una opción.
“En todo este tiempo hemos trabajado bajo condiciones muy complicadas y sin poder ofrecerles un servicio con dignidad; el artículo tercero de nuestra Constitución dice que tenemos derecho a una educación de calidad y por desgracia no siempre se puede”, lamentó.
El pasado miércoles, antes de llegar a El Tanque, se encontraron con la crecida del arroyo, lo que impidió que cruzaran y se tuvieron que regresar. Para los días subsecuentes, si el arroyo sigue caudaloso, volverán a su “antigua aula”, un espacio en la Unidad Deportiva, “pero quienes vivan de aquél lado, no podrán venir.
En ese sitio estuvieron un tiempo, en la Unidad Deportiva ubicada a la entrada de la comunidad, cuyo techo es el cielo, pero si llueve, se resguardarán en un tejabán que no minó la intención de estos jóvenes de continuar con sus estudios ni la del maestro, de ayudarlos a seguir un camino académico.