EL CONVENTO, UNA JOYA GUADALUPENSE
Texto y fotos: Rocío Pedroza
GUADALUPE, ZAC.- Sus paredes guardan innumerables recuerdos de procesiones, confesiones bodas, bautismos, serenatas a La Morenita, todas muestras de fe dentro de la Ilgesia Católica.
Incontables liturgias, voces de coros que resuenan mientras transcurren alabanzas y loores al Creador acompañados del místico incienso.
Afuera, el esplendoroso atrio del Convento de Guadalupe da la bienvenida a turistas y pobladores que, con un soplo de esperanza acuden agitados a la celebración eucarística.
Fue construido entre 1678 y 1721, en el cual fue instalado el Colegio Apostólico de Propaganda Fide en 1707 y hasta la fecha, es el punto de reunión de miles de guadalupenses, un lugar típico para deleitar la vista con la arquitectura española.
El convento cuenta con varias capillas y entre estás se encuentra la Capilla de Napoles que alberga la imagen de la Inmaculada Concepción donada por la princesa Isabel de Farnesio, de dicha ciudad italiana.
Majestuoso e imponente el complejo impacta con su fachada barroca con su torre minarete y la cantidad de detalles con la que fue decorada por fuera. En su interior es todavía más espectacular pues tiene acabados en estuco y oro de 14 a 24 quilates, sin duda, una joya guadalupense.