ATIENDE INM A 118 PERSONAS EN ESTACIÓN MIGRATORIA

Tanya Ortiz

ZACATECAS, ZAC.- El Instituto Nacional de Migración (INM) atiende en la actualidad a 118 personas en la estación migratoria, mismas que están a la espera de que sus países de origen los reconozcan como ciudadanos para tramitar su deportación o, en su defecto, apoyarlos para que obtengan una estancia legal en México, informó Ignacio Frayre Zúñiga, delegado del INM en Zacatecas.

Explicó que una de las acciones ordinarias que realiza el instituto es la de hacer monitoreo cada lunes para identificar el flujo migratorio; el año pasado, por ejemplo, se le ayudó a migrantes de Haití que tras realizar trámites para regularizar su estatus migratorio en México, ahora ya tienen un Registro Federal de Causantes (RFC) y trabajan en empresas con formalidad, gracias a la visa humanitaria que se les otorgó.

Para los migrantes que son rescatados en territorio estatal, el INM tiene habilitada una estación migratoria ubicada en la colonia Industrial, en Guadalupe, a espaldas de la SCT, donde hay un albergue de 3 mil metros cuadrados en el que se hospedan el tiempo que sea necesario, hasta en tanto no está regularizado su estatus migratorio.

A la fecha, están bajo resguardo 118 personas que fueron rescatados los últimos 15 días, la mayoría de Honduras, Guatemala y El Salvador, pero también hay de Nicaragua, Venezuela y Cuba, quienes están en trámites para su deportación, siempre y cuando sus países los reconozcan como ciudadanos, y se realizaría una repatriación asistida.

En promedio, las embajadas atienden estos casos en 15 días para iniciar con su repatriación; en caso de que no sean recibidos, reconocidos o que no se obtenga respuesta de parte de las embajadas, a estos migrantes se les considera apátridas y se les da una salida de la estación migratoria, dado que la Comisión Nacional de Derechos Humanos pide que les den la libertad de solicitar los trámites para la obtención de la nacionalidad mexicana.

Por ejemplo, países como Syrlanka, Cuba y Venezuela tardan mucho en responder o de plano no dan respuesta, así que deben darles salida.

“No es un centro de detención, no es una cárcel, no hay policías. Somos un centro de atención donde se les brinda un techo, comida, atención médica y lo que requieran mientras dura su estancia”, aclaró el delegado, “incluso los cónsules acuden a supervisar sus condiciones de vida”.

En dicha estación, tanto el personal de la CNDH como de la misma comisión en el estado, tienen puertas abiertas para ingresar las 24 horas del día y entrevistar a los alojados, a fin de garantizar el respeto de sus derechos humanos, en pleno cumplimiento a la rendición de cuentas y transparencia.

Frayre Zúñiga añadió que el personal del INM está en capacitación permanente en materia de derechos humanos para atender a la comunidad migrante.

PEDIGÜEÑOS SÍ TIENEN PERMISO PARA TRABAJAR

Respecto a migrantes que piden caridad en semáforos y cruceros de Guadalupe y Zacatecas, el delegado dijo que se tienen 11 personas identificadas como migrantes, con un permiso para laborar en México.

Pero “prefieren no trabajar. Viven de la limosnita y no podemos decirle a la gente que no les dé; ellos están en su derecho de pedir y la gente de dar lo que quiera y pueda”.

Sin embargo, ante cualquier reporte de la ciudadanía que se queje de algún abuso o agresión de parte de los migrantes, se comunican con la Secretaría de Seguridad Pública para atienda dichos reportes.

Otros 15 pedigüeños, dijo, también están plenamente identificados y no son migrantes. Son mexicanos que viven en dos comunidades de Morelos, como Hacienda Nueva y Las Pilas; dos de Guadalupe, como Zóquite y Tacoaleche, y en la capital del estado como la colonia Lázaro Cárdenas.

Esta gente, aclaró, se hace pasar por migrante para lograr la caridad de los zacatecanos, aprovechando que tienen fisonomía y rasgos raciales parecidos a los de los mexicanos, pero son mexicanos que prefieren vivir de la limosna porque consideran que con cuatro o cinco horas al sol resulta más remunerativo al ganar unos 700 pesos, que una jornada de 8 horas en una empresa, donde no ganan ni el salario mínimo.