Soliloquio | La participación académica en los congresos hoy día
“Dicen que la voz y lenguaje construye el mundo, pues es a partir de estos que lo definimos, lo explicamos o interpretamos, no obstante, seguimos utilizando un lenguaje pasado de moda, incapaz de comunicarse con las nuevas generaciones”
Por Christian M. Barraza Loera*
No hace mucho un grupo de amigos agremiados a las ciencias sociales y humanidades nos cuestionábamos, ¿por qué parece que cada vez asisten menos personas a pláticas o conferencias de tinte histórico?
Hasta antes de la pandemia los congresos de historia solían tener la asistencia reglamentaria de los ponentes participantes y si acaso, algunos alumnos “motivados” por uno de sus docentes, y sí, “motivados” entre comillas, pues cuando se es estudiante pocos son los que sienten un verdadero interés por asistir a un congreso o conferencia, a no ser que el tema sea de más impactante, o bien, porque la plática será impartida por algún investigador(a) de renombre; mientras no sea así, los alumnos asistirán a un congreso ante la premisa de tener asistencia o falta. Cabe aquí un par de aclaraciones: Los alumnos que suelen necesitar la “motivación” del docente suelen ser nivel medio superior o superior, aunque habrá sus excepciones.
Retomando el cuestionamiento principal aseverábamos algo: nos estamos quedando en una dinámica que no atrae al público, ni siquiera al público académico. Generalmente la dinámica expositora parece decimonónica (siglo XIX), el exponente utiliza una voz casi sacerdotal, catedrática, en postura de alta Cultura, si con C mayúscula, es decir, utilizando un lenguaje verbal y corporal exclusivo para académicos o quienes están en proceso de serlo, de tal manera que serán los únicos que entienden el monólogo, un discurso casi incapaz de ser entendido y desmenuzado por un público que no ha tenido la preparación académica para descifrar conceptos, símbolos y significados.
Claro, hay una parte académica que ni se lo cuestiona, ni ha sido capaz de observar los espacios vacíos en los congresos; tan casados están con la dinámica pre pandemia que no les importa seguir recibiendo únicamente las felicitaciones de sus pares académicos por el aporte, rescate o revisión historiográfica. Valga otra aclaración u observación que bien puede ser mal entendida: no sugiero en modo arrogante o egocéntrico que la academia busque nuevos aplausos o felicitaciones más allá de sus pares, sino, que busque nuevos públicos y que tenga la capacidad de atrapar e interesar a personas más allá del alumnado.
Ante el cuestionamiento principal, no hay una respuesta inmediata, pues invita más a la reflexión. Nos damos cuenta de que sí hay un público interesado en saber más: tiktokers, instagramers, facebookeros, youtubers, etc., han creado espacios y canales de difusión obteniendo millones de vistas, ocupando plazas que bien pudieron ser resueltas por los académicos que aún se aferran a ocupar espacios cerrados donde los escuchan o leen sus iguales.
Evidentemente no estoy libre de pecado para lanzar la primera piedra, pero sí propongo la discusión al tema. Se sabe y reconocen las aportaciones científicas y su aplicación en las ciencias duras; así como los descubrimientos apasionantes que hacemos los historiadores cuando nos sumergimos en los archivos, sin embargo, el cuestionamiento sigue ahí: ¿escribimos y difundimos sólo para nuestros pares? O tenemos una obligación social más allá de la academia, y de ser así ¿qué nuevas dinámicas o aptitudes debemos tener los académicos para difundir el conocimiento a la sociedad?
Dicen que la voz y lenguaje construye el mundo, pues es a partir de estos que lo definimos, lo explicamos o interpretamos, no obstante, seguimos utilizando un lenguaje pasado de moda, incapaz de comunicarse con las nuevas generaciones. Sin duda alguna, parte de la academia y me incluyo, hemos sido rebasados y necesitamos una actualización en nuestro sistema operativo.
*Historiador, docente, investigador de minorías religiosas, a veces conductor, podcaster y liberal: multitask
Correo electrónico: crisbalo1984@gmail.com
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