Sociedad Transparente | La fotografía como medio de difusión y vulneración
“Es posible que a través de las fotografías le estemos abriendo la puerta a delincuentes…”
Samuel Montoya*
El 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía para conmemorar el registro de la patente del daguerrotipo, el primer procedimiento fotográfico para captar imágenes, elaborado por el artista francés Louis Daguerre en 1839.
La fotografía constituye la reproducción fiel de la imagen de una persona o un objeto, obtenida en papel a través de la impresión en un rollo por medio de una cámara fotográfica, o en formato digital.
A casi dos siglos de distancia del registro de la patente, la fotografía se ha convertido en un medio actual para transmitir ideas, información y arte; pero también a través de estas imágenes se transmite, sobre todo en redes sociales, un sinfín de información sobre nuestra vida diaria.
Por lo anterior, es importante destacar que la fotografía representa el primer elemento de la esfera personal de todo individuo, ya que simboliza un instrumento básico de identificación y proyección exterior, de esta manera, la imagen o fotografía se considera un dato personal en términos del artículo 3, fracción VIII de la Ley de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados del estado de Zacatecas, puesto que, se trata de una representación gráfica de las características físicas de una persona y revela aspectos que identifican, describen y precisan a un individuo, así como el entorno en el que se desarrolla y las personas con las que interactúa, por ello, es muy importante tener cuidado cuando las compartimos a través de redes sociales u otros medios.
Con la implementación de las cámaras en nuestros teléfonos celulares y la revolución de las redes sociales, vemos en nuestro día a día información sobre las actividades de las personas de nuestro entorno, muchas veces sin dimensionar el impacto que tiene la difusión de nuestros lugares de trabajo, escuelas y momentos de esparcimiento.
Es importante detenernos un minuto y reflexionar cada que subimos o que compartimos una imagen, sobre el impacto que esta puede tener en la sociedad, más aún cuando en ella aparecen otras personas en las que en muchas ocasiones no se pide el consentimiento para que su imagen aparezca en las redes sociales.
Si bien no se busca que se deje de compartir estas imágenes, si es recomendable la configuración de nuestras redes sociales, pues con el “boom” de tener muchos seguidores o contactos no se pone en consideración que el alcance de los posibles datos personales puede llegar a manos no autorizadas, sin marcha atrás.
No está mal difundir o compartir nuestras fotografías a través de redes sociales, pero es muy importante tomar precauciones cuando lo hacemos, principalmente cuando en ellas aparecen terceros o menores de edad.
Es posible que a través de las fotografías que para nosotros representan recuerdos o momentos agradables, le estemos abriendo la puerta a delincuentes o personas mal intencionadas que buscan generarnos una aceptación.
¡Protege tu privacidad y la de los tuyos!
**Comisionado del IZAI
