Sociedad transparente | La empatía, un arma contra la violencia
“En el mundo digital, lleno de bondades y de herramientas valiosas para el día a día, también abundan peligros como el ciberacoso…”
Nubia Coré Barrios Escamilla*
El día de ayer, 2 de octubre, se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia; esto nos invita a reflexionar sobre la paz como un valor fundamental en todas las facetas de nuestra vida. Si bien, tradicionalmente, la no violencia se asocia con movimientos sociales y políticos, en el ámbito digital este concepto ha ido adquiriendo un nuevo significado.
La violencia en línea, desde el ciberacoso hasta la difusión irresponsable de datos personales, ha convertido la internet en un espacio donde muchas personas, especialmente los jóvenes, experimentan agresiones más allá de las pantallas. Es así como, desde instituciones como el Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IZAI), hemos apropiado la tarea de educar a las nuevas generaciones en la protección de la privacidad y la seguridad en línea, para promover una convivencia digital empática y respetuosa.
En el mundo digital, lleno de bondades y de herramientas valiosas para el día a día, también abundan peligros como el ciberacoso, la suplantación de identidad y la difusión no autorizada de datos personales, si no manejamos con responsabilidad nuestras acciones en línea. La violencia digital no solo afecta emocionalmente a las víctimas, sino que puede tener consecuencias legales y sociales profundas.
Ante tales manifestaciones de violencia, es imprescindible recordar que la protección de la privacidad funge como un escudo. Mantener seguros nuestros datos personales nos protege de delitos cibernéticos, pero también de agresiones que pueden derivar de la exposición excesiva en redes sociales y plataformas digitales. Es una labor de todos educar, especialmente a las nuevas generaciones, en el manejo responsable de su propia información.
Sin duda, una de las claves para combatir la violencia en línea es la educación. A través de programas dirigidos a jóvenes, como “Conecta con Empatía”, buscamos que nuestros adolescentes comprendan el valor de la privacidad y la importancia de no ejercer violencia digital. Educar en el respeto a la información personal y ajena, así como en la empatía hacia quienes comparten el espacio digital, es una forma efectiva de prevenir conductas agresivas en línea.
Hoy, pareciera que la exposición en redes sociales parece inevitable, ante ello, en lugar de mostrarnos reticentes al tema, debemos enseñar a los jóvenes a ser responsables con los datos que comparten y con la forma en que interactúan. La promoción de la empatía es esencial. Comprender que detrás de cada perfil digital hay una persona con emociones y derechos, es el primer paso para crear una cultura de paz en línea.
La no violencia en línea no se limita a evitar agredir a otros; también implica ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones en el ámbito digital. Ser empáticos en línea significa reflexionar antes de compartir un mensaje que puede herir a alguien, ser responsables con la información que divulgamos y respetar la privacidad de los demás. Incluso como adultos, en lugar de contribuir a la hostilidad en las redes, podemos fomentar un entorno donde la colaboración, el apoyo mutuo y el respeto sean la regla y no la excepción.
Este 2 de octubre, el Día Internacional de la No Violencia, es una oportunidad para replantearnos cómo nos comportamos en el mundo digital. La paz no es solo una ausencia de conflictos, sino un esfuerzo activo por construir espacios donde todos puedan convivir en armonía. La privacidad y la seguridad en línea son fundamentales para esa paz.
Si aspiramos a un mundo digital más seguro, justo y pacífico, debemos asumir la responsabilidad de cuidar nuestra privacidad y la de los demás. Así, estaremos contribuyendo a una convivencia en línea basada en el respeto, la empatía y la no violencia, principios que, hoy más que nunca, deben guiar nuestro comportamiento en todos los ámbitos de la vida.