Sociedad Transparente | El cuello de botella en la Transparencia

Sociedad Transparente | El cuello de botella en la Transparencia

“Resulta imperante que el INAI tenga el quórum establecido por ley, ya que el Pleno tiene 96 días sin poder sesionar y acumula 6,764 medios de impugnación que no pueden ser votados”


Nubia Barrios Escamilla*

La transparencia y el acceso a la información son derechos que abren la puerta a los ciudadanos a beneficios y otros derechos. Pero también, de cara a un proceso electoral que se avecina es importante porque la sociedad requiere decisiones informadas.

En este sentido la labor de los órganos garantes es indispensable, pues son el árbitro que indican que información se debe publicar o entregar para que la población conozca las propuestas y opciones presentadas.

Es por ello que resulta imperante que el Instituto Nacional de Transparencia Acceso a la Información y Protección de Datos Personales cuente con el quórum establecido por ley, ya que el Pleno tiene 96 días sin poder sesionar y acumula, hasta el inicio de esta semana, 6,764 medios de impugnación que no pueden ser votados.

Ante la falta de la totalidad de los Comisionados en el INAI y con la cercanía del proceso electoral se corre el riesgo de transitar este periodo sin una correcta rendición de cuentas.

No debemos retroceder en estos derechos, pues hace 20 años era impensable poder tener la posibilidad de preguntar a un servidor público o funcionario ¿Cuánto percibes como sueldo? ¿Cómo ejerces tu presupuesto? ¿podría conocer el contrato de licitación? Incluso, era considerado como una ofensa o insulto contra quien preguntara ¿A dónde viajaste?, ¿qué fue exactamente lo que fuiste a hacer? ¿cuánto gastaste en viáticos?.

Cuestionamientos e inquietudes provenientes de la sociedad civil y del periodismo en México, pues era complicado de entender y sobre todo de otorgar una contestación a estas preguntas por parte de la autoridad. 

Aún y con la reforma al artículo 6° Constitucional no se estaba consciente de las implicaciones y responsabilidades que conllevaba una nueva etapa en la vida política, económica y social en México, la creación de organismos garantes que tutelaran no solo el derecho de petición contemplado en el artículo 8° Constitucional, sino era ir aún más allá, era obtener la llave y abrirse a la cultura del escrutinio y rendición de cuentas de cada funcionario público. 

No era una tarea fácil, no lo fue y no lo ha sido y así pues, este derecho llave tiene menos de 20 años de estar reconocido, que al igual que la mayoría de los derechos humanos, no fue producto de una visión de avanzada ni mucho menos de una intención o voluntad política de las autoridades nacionales en aquél momento, sino de la tenacidad y perseverancia de la academia, periodismo y sociedad civil, quienes dieron el impulso suficiente ante los legisladores a efecto de que al día de hoy los ciudadanos puedan solicitar información pública de interés sobre cualquier tema, en esta búsqueda de evolución democrática frente a la opacidad.  

Lo anterior detona en una libertad mayor, en un sentido amplio que es el de buscar, difundir y recibir información inmersa en este noble derecho humano reconocido, el cual establece que toda información que produce y se conserva dentro de los archivos de la autoridad debe ser concedida y debidamente organizada, que se debe cuidar y preservar información referente a la vida privada debiendo ser rigurosamente protegida, que toda persona sin necesidad de acreditar interés alguno o justificar su utilización tiene acceso a la información pública, la gratuidad de la misma al no poder cobrarse sino únicamente por un excesivo volumen de información que conlleve material de reproducción.

Al día de hoy son 32 leyes de transparencia con sus respectivos organismos garantes en cada entidad federativa, con el completo respaldo del INAI y un Sistema Nacional de Transparencia que permea de forma activa y continua en todo el país. 

El año 2016 fue punta de lanza con el nacimiento de un inmenso archivo electrónico llamado: Plataforma Nacional de Transparencia que consolidó de forma innegable y contundente el quehacer y propósito de este derecho humano, poniendo a la vista millones de registros y archivos digitales cargados en todo el país a la entera disposición para su consulta de forma permanente, unificando la información para todo y para todos. 

Invito a hacer uso de la Plataforma Nacional de Transparencia en el que se puede encontrar toda la información pública y relevante del país, a través de sus nuevos buscadores temáticos es casi como abrir el cajón del escritorio de una oficina, en donde se encuentra información detallada y actualizada, claro que, como todo, la tecnología es movimiento constante y perfectible, sin embargo, son innegables los beneficios obtenidos con el sólo hecho de ingresar al sitio web y navegar dentro del mismo, si no lo ha hecho, lo y la invito a hacerlo, quedarán sorprendidos y sorprendidas de la información allí encontrada desde cualquier punto del país.

Siempre habrá retos los cuales se deberán afrontar en estos temas, sin embargo, creo que es importante reconocer y sobre todo celebrar, las dos décadas de la transparencia en México, del cual me siento honrada de haber sido parte prácticamente desde sus inicios en el año 2005 y puedo decir con toda seguridad y conocimiento in situ, que la transparencia ha crecido de forma ascendente, pues aún y cuando faltan cosas por hacer, son cada vez mayores las solicitudes presentadas y la información proporcionada al ciudadano en vía de respuesta o por medio de impugnación a través de un organismo garante nacional o local. 

Ya lo he dicho antes, no es menor el reto al que nos enfrentamos, el justo equilibrio entre la transparencia, la rendición de cuentas y la protección a los datos personales a la luz del combate a la corrupción, forman parte de una democracia joven dentro de la cual estamos ahora todos inmersos, cada vez existen mayores retos en los que la ciudadanía debe ser el centro ya que este derecho es humano y en comunión con ello primero es la persona (principio pro persona). 

*Comisionada del IZAI


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