Retazos de Ciencias Forenses | Los pelos en la escena del delito
Ignorantia juris non excusat*
Nicolás Pinedo*
En la investigación del escenario del delito, es muy frecuente la presencia de pelos, estos indicios no son fáciles de localizar, por ello el investigador deberá de ser cauteloso al realizar la búsqueda y localización, considerando que incluso el mínimo de viento se puede perder el indicio, si bien es cierto que uno de los principios básicos de la criminalística acuñado por Edmon Locard, “Todo contacto deja una huella” y es a partir de 1857 que por primera vez se le da la importancia al estudio de los elementos pilosos, pero en 1869 en Alemania se sientan las bases del estudio científico de estos elementos con fines forenses.
El pelo, son las prolongaciones filiformes que cubren el cuerpo del ser humano y otros mamíferos inferiores, si bien es cierto estas palabras, no son claras con respecto a un significado, se ha optado por llamar a esas prolongaciones filiformes “elementos pilosos”, en este tenor se establece una diferencia por el lugar del cuerpo de donde se ubican, cabello se le llama al elemento piloso proveniente de la cabeza, mientras que al elemento piloso llamado vello púbico, este proviene de la región cercana al pubis, cejas, pestañas, barba, bigote, etc.
En el escenario del delito, la búsqueda de los elementos pilosos debe de ser minuciosa, ordenada y completa, ya que pueden pasar por inadvertidos en la búsqueda, además de no existir reglas generales para la búsqueda de estos indicios los cuales normalmente se encuentran acompañados de sangre, escamas de pintura, fragmentos de vidrio, líquido seminal, grasa, fragmentos metálicos y polvo.
La luz rasante, es aquella que se coloca rozando ligeramente la superficie en donde se localizan estos indicios, esta luz hace que luzcan más brillantes, en el caso de los hechos de tránsito, la localización de los elementos pilosos, nos indica la ubicación de los ocupantes del vehículo y más en los casos en donde el pasajero fallece y el conductor sobrevive. Con la presencia de cabello en la carrocería o cajuela, se llega a sospechar que el vehículo ha sido utilizado para posibles secuestros. En los delitos sexuales, se pueden encontrar estos indicios de la víctima en el pubis o en la ropa interior del sospechoso, o encontrar elementos pilosos del sospechoso en el cuerpo de la víctima, dejando de manifiesto el contacto entre la víctima y el victimario. En los casos cuando se usan armas de fuego y el cañón está próximo a la cabeza de la víctima al momento del disparo, es posible que se adhieran estos elementos pilosos a la sangre que es proyectada hacia el cañón del arma de fuego.
No hay peor ciego a aquel que no quiere ver.
*Maestría en Ciencias Forenses y Victimología, perito criminalista, asesor forense y amante del ciclismo de montaña.
*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.