Reflexionando el evangelio | Hay de estrellas a estrella

Reflexionando el evangelio | Hay de estrellas a estrella

Domingo de la Epifanía del Señor

“Hemos venido de oriente para adorar al rey de los judíos”

Mateo 2, 1-12

La estrella de Belén es uno de los signos más conocidos de Navidad: ubica el pesebre y manifiesta al Recién Nacido. Sin ello, no pasaría de ser una estrella más. El bellísimo texto de Mateo que escuchamos en este día es denso en su contenido, encantador en su trama e intencional en su desenlace. Por algo ha quedado grabado en la mente y el corazón de tantas generaciones.

Contemplemos cómo el evangelista va usando contraposiciones para presentar a Jesús, la manifestación (Epifanía) de Dios a quien hay que buscar, aceptar, seguir, adorar y anunciar. Dos lugares diferentes: Jerusalén y Belén. Dos poderes diversos: el rey poderoso (Herodes) y el pastor humilde (Jesús). Dos emociones fuertes: preocupación en los de casa y alegría en los extranjeros. Dos actitudes: los que dicen conocer las Escrituras, pero no creen y los que creen sin conocer las Escrituras; los que se cierran a la novedad de Dios y los que buscan a Dios a pesar de la oscuridad; los que pretenden solucionar su soberbia con sangre de inocentes y los humildes que se postran ante el Niño y lo adoran.

El relato de Mateo nos sigue fascinando. Es provocativo para quien no es conformista y busca mirar más allá de las estrellas. Cuatro lecciones, entre otras, para quienes estrenamos el año 2023:

-Buscar a Dios, como aquellos magos, requiere humildad, apertura de espíritu. Los que están llenos de sí y de sus ideas nada necesitan, según ellos; se asfixiarán en su toxicidad.

-Abrirse a la novedad del Espíritu, como aquellos magos. Creerse superior a otros, despreciar al pobre e ignorante, defender lo suyo como lo único bueno y verdadero, no es el camino para vivir la cercanía con los hermanos y construir la paz.

-Un corazón humilde y una mente abierta son capaces de generar diálogo y acogida. Una casa abierta propicia el encuentro y la ternura. Sólo así se abren las puertas de/para relaciones humanas fraternas, generosas, solidarias.

-Los magos ofrecen dones al Niño y, desde Él, a toda la humanidad. Dando es como recibimos; entregar nuestra vida es ampliar la casa común para que todos encuentren acogida, sean respetados en su dignidad y se conviertan en gente de bien.

El Papa Francisco (Sobre el belén, 1 diciembre, 2019) nos dice que “los magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo… Ante el Niño comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes. Y ciertamente, llegados a su país, habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes”.

Si esta Navidad sabemos distinguir la estrella de Belén de otras que ofrece el mercado, nos pondremos en camino, ofreceremos nuestros dones, adoraremos al Señor del tiempo y de la historia... y diremos con gozosa esperanza: ¡Feliz, luminoso, generoso, comprometido, año 2023! Los bendigo con inmensa alegría.

 

+ Sigifredo

Obispo de/en Zacatecas


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